Los ministros de Sanidad de los países del G7 se han comprometido a impulsar medidas para el cuidado de los enfermos con demencia ante el rápido envejecimiento de la población.
Y es que al término de su reunión de dos días en Kobe (Japón), los representantes de Canadá, Alemania, Italia, Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Japón reconocieron la importancia de “construir un sistema de atención (para estos enfermos) en las comunidades en las que residen”.
Los ministros se mostraron de acuerdo en impulsar medidas para lograr un diagnóstico precoz y desarrollar políticas que mejoren sus vidas, mientras se potencia la investigación que pueda acelerar la creación de terapias, según la declaración conjunta.
El resultado de la reunión refleja las discusiones mantenidas por los líderes de las siete potencias más desarrolladas del mundo en la cumbre del G7 que tuvo lugar los días 26 y 27 de mayo en el parque natural de Ise-Shima (centro de Japón), donde destacaron la necesidad de abordar los problemas del envejecimiento global.
Primera vez que los ministros de salud del G7 se centran en la demencia
Unas 47,5 millones de personas padecen de demencia en todo el mundo, y se prevé que el número ascienda a 135,5 millones en 2050, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Se trata de la primera vez que los ministros en materia de salud del G7 ponen el foco en la demencia.
Japón espera que las medidas que está adoptando en esta materia -más de un cuarto de la población japonesa supera los 65 años-, incluidas aquellas para apoyar a los enfermos de demencia y sus familias, sirvan de guía para los países que enfrentan problemas similares.
Los ministros destacaron la importancia del uso de la tecnología (como los programas de reconocimiento facial) para la prevención de fraudes que a menudo se dirigen a este sector vulnerable.
Al respecto, propusieron que los empleados de instituciones financieras reciban formación en esta materia para detectar a los clientes en riesgo de desarrollar demencia para poder ofrecerles el soporte adecuado.
Representantes de Laos, Myanmar, Singapur y Tailandia, país donde se teme que el rápido envejecimiento de la sociedad se convierta en una problema grave, también asistieron al encuentro.
Por otro lado, los titulares de Sanidad reafirmaron la necesidad de fortalecer las medidas para luchar contra enfermedades infecciosas y las bacterias con resistencia a los antibióticos. La resistencia a los antibióticos ha sido declarada por la OMS como una emergencia en el mundo y una amenaza creciente para la salud pública mundial. Según datos de la OMS, al año, por bacterias que son multirresistentes a los antibióticos, fallecen entre 700.000 y 900.000 personas.
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