Condenan a un dentista de Pamplona a que pague 85.000 euros a una paciente a la que fracturó la mandíbula después de cuatro operaciones

Un dentista que ejerció durante varios años su actividad profesional en una clínica dental de Iturrama (Navarra) y que actualmente ejerce en Gipuzkoa, ha sido condenado en el Juzgado de lo Penal número 3 de Pamplona por un delito de lesiones causadas por una imprudencia menos grave a una multa de 630 euros y a pagar una indemnización en concepto de responsabilidad civil de 85.000 euros para una paciente, a la que realizó cuatro intervenciones quirúrgicas, fracturándole el hueso de la mandíbula y llegando a perforar el mismo alcanzando la cavidad nasal.

Como informa Noticias de Navarra, el acusado J.M.C.C. reconoció los hechos y por ello no fue necesario que se celebrara la vista oral. La compañía de seguros que aseguraba la clínica en la que ejercía, será quien pague la indemnización por las lesiones, secuelas y daños morales ocasionados a la mujer.

El calvario de la víctima empezó en agosto de 2007, cuando acudió al centro de Iturrama para que le fueran implantadas tres piezas dentarias – incisivos centrales e incisivo lateral superior-.

El acusado que, trabajaba como odontólogo en el centro mencionado, asumió como tal la realización de las intervenciones médicos y quirúrgicas para llevar a cabo el implante de las tres piezas dentales.

Según el escrito del fiscal, el procesado “no efectuó ninguna prueba médica ni análisis previos a la paciente”.

Tal y como recoge Noticias de Navarra, el acusado podía haber practicado una radiografía panorámica o un diagnóstico basado en un TAC para poder apreciar tanto la altura como la anchura del hueso maxilar. Asimismo, la acusación pública indica que tampoco se efectuó ninguna cirugía pre-implantológica para prevenir la ausencia de suficiente calidad y cantidad óseas en la boca de la paciente. A pesar de ello, y ya siendo evidente todas las negligencias y ausencias de actos responsables que se estaban produciendo con la paciente, entre los meses de agosto de 2007 y junio de 2010, el acusado le realizó un mínimo de cuatro intervenciones quirúrgicas, por las que la mujer abonó 3.325 euros.

Como consecuencia de estas cuatro operaciones, la víctima sufrió una pérdida ósea extrema de la que se recuperó a los 793 días, tiempo durante el cual, estuvo más de dos años de baja. Como secuelas tiene pérdida de sustancia en el paladar, dificultades para masticar, un impedimento funcional en el uso de la boca y un perjuicio estético.
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