Investigación europea asegura que técnicas de enfriamiento en el cerebro son seguras contra un ictus

Las técnicas de enfriamiento del cerebro que se aplican para reducir el riesgo de muerte y posibles daños cerebrales en pacientes que han sufrido ictus son “seguras”, y es que así se desprende de los resultados desvelados por los investigadores del proyecto EuroHYP-1.

Las investigaciones ponen de manifiesto la “seguridad y alto nivel de tolerabilidad” de estas técnicas, una eficacia que, de ser confirmada, podría beneficiar a cientos de miles de pacientes, según EuroHYP-1, un consorcio europeo en el que participa el Hospital Vall d’Hebron (Barcelona) y que recibe fondos de la Unión Europea.

La temperatura corporal desempeña un papel importante en las personas que han sufrido un ictus, y es que en el caso de padecer un infarto cerebral, si el paciente presenta fiebre, ya sea por una infección, o por el propio ictus, la evolución será peor.

El descenso de la temperatura corporal tiene mucho potencial terapéutico. Se usa en cardiología o en neonatos que sufrieron asfixia durante el parto. En los pacientes que han padecido un ictus, se busca provocar un efecto de hibernación del cerebro con el fin de reducir la necesidad de oxígeno y reducir los posibles daños derivados del ictus, como por ejemplo casos de discapacidad total o parcial.

En agosto de 2013, que fue cuando comenzaron las pruebas, mostraron que el enfriamiento cerebral durante las seis horas posteriores a un episodio de ictus son seguras y no suponen riesgos para la salud de los pacientes.

El principal investigador, el neurólogo Bernd Kallmunzer, explica que el 89% de los pacientes “no sufrieron ningún dolor con el tratamiento”, que el 79% de los mismos lo recomendarían y que, según sus expectativas, el 40% de los pacientes sometidos al tratamiento sufrirían efectos positivos. “Hemos demostrado que no existen riesgos de seguridad y que por tanto, es altamente recomendable continuar con la captación de pacientes para la investigación”, afirma el investigador, quien aseguró que 31 centros de siete países diferentes están abiertos a la captación de nuevos pacientes.

En España unas 120.000 personas al año padecen ictus
A pesar de que los resultados presentados invitan al optimismo según los investigadores, sigue habiendo muchos retos y preocupaciones que resolver. Y es que como afirma el investigador finlandés Risto Roine, profesor y presidente de la División de Neurociencias Clínicas, “el tratamiento podría incrementar el riesgo de infección, requiere más personal y puede llevar a estancias más largas en el hospital e incrementar su coste”.

Además, el proyecto busca conseguir nuevos avances para conseguir un mayor grado de tolerabilidad del tratamiento.

Los científicos prevén conseguir durante los próximos tres años 730 pacientes más para poder determinar definitivamente los beneficios del enfriamiento cerebral contra el ictus.

Que el tratamiento sea seguro y altamente tolerado es una excelente noticia para los pacientes y nos permite continuar nuestra investigación para evaluar la efectividad de esta nueva técnica” concluyó Malcolm Macleod, profesor de neurología en la Universidad de Edimburgo (Escocia) y uno de los principales investigadores del proyecto.

En España, como indica la presidenta de la Federación Española del Ictus (FEI), Carmen Aleix, es alto el número de personas que siguen padeciendo ictus, unas 120.000 al año, siendo en su mayoría mujeres. “Cada 15 minutos una persona muere por un ictus. Las cifras no disminuyen, a pesar de la buena labor de los neurólogos y de las unidades de ictus todavía insuficientes en nuestro país”.

A nivel global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que teniendo en cuenta que en el año 2050, la población en el mundo mayor de 65 años representará el 46% del total, casi la mitad de la misma podría sufrir un ictus.
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