Para investigar no todo es dinero… Ya lo decía D. Santiago Ramón y Cajal

Llegó a mi correo electrónico hace unos diez días una iniciativa que estaban llevando a cabo en la Fundación de Investigación Biomédica del Hospital de La Princesa de Madrid. Entre sus diferentes proyectos estaban impulsando uno denominado Redown cuya financiación para ciertos gastos se esta haciendo por lo que se conoce como crowdfunding, pues los investigadores no cobran. Como se puede leer en este mismo medio, les tuvimos en el programa de radio valor salud de capital radio la semana pasada.

Es difícil, más bien imposible, no sumarse a su ilusión y a su empeño en el fin buscado, imprescindibles ambas cuestiones para el buen fin de la investigación. Decía Ramón y Cajal que sus avances en la investigación se basaban en una curiosidad casi enfermiza que le llevaba a profundizar en las cosas hasta encontrar respuestas a las diferentes preguntas. Ese afán es lo que lleva al final a una recompensa interior que esta muy por encima de la económica. Y sobre todo infinitamente más duradera. E incluso esta por encima del reconocimiento publico.

Nos llenamos la boca constantemente de decir que la sanidad se sostiene gracias a sus profesionales. Al menos en su gran mayoría esto es cierto, pues de todo hay en un colectivo tan amplio. Y este es un buen ejemplo de ello. No el único evidentemente. Lo que deseo es que se les sepa valorar en su justa medida su compromiso con la sociedad y su aporte a la misma. Y no estoy hablando de dinero, aunque cierto es que a nadie le amarga un dulce. Hay muchas formas de hacerlo.

Mi admiración la tienen por partida triple. Por su actitud de no supeditar su investigación a la disponibilidad de fondos, por su ilusión en el propósito que llega a una cabezonería propia de un aragonés como D. Santiago y por el contenido de su investigación: averiguar las causas de porqué la incidencia de infarto de miocardio o ictus es muy baja en personas con síndrome de Down, en comparación con el resto de la población general en sus mismo rangos de edad. Poner un granito a su proyecto es fomentar una actitud y una disponibilidad que debemos cultivar y mimar entre todos.

Volviendo a D. Santiago Ramón y Cajal, no quiero detenerme en sus éxitos, en sus premios, sino en cómo llego a conseguirlo, motivos que, como no puede ser de otra manera, están en lo más profundo de la persona. Ramón y Cajal desde niño fue una persona inquieta, inconformista tal vez. Y desarrolló como comentábamos una actitud de preguntarse las cosas, de intentar entenderlas, que le llevo a ser un gran investigador. No en vano, el primer paso para avanzar en el conocimiento científico es preguntarse el “porqué” de las cosas. Y dada su persistencia, se empeñó en demostrar que las células del cerebro eran diferentes al resto.

La segunda característica es que lo hizo desde la más absoluta restricción de medios, los cuales eran propios en no pocas ocasiones y en otras de elaboración propia, fundamentalmente en sus inicios. Lo que le obligaba a desarrollar la creatividad para buscar soluciones diferentes para no detenerse ante los “aprietos económicos”. Hablando de la investigación en España en su época, llega a afirmar que “lo que se hizo, estaba orientado hacia lo útil y lo inmediato, al practicismo estrecho. Se ignoró que sólo las ideas son verdaderamente fecundas”. Me parece destacable pues no en pocas ocasiones, sigue ocurriendo en múltiples facetas de la sociedad española actual.

Parece necesario superar el debate del factor económico como único para continuar con la investigación en España y “abrir la mente”. Es la hora de aprender lecciones de nuestros antepasados ilustres como Ramón y Cajal, y “meter creatividad” para contrarrestar el problema de la reducción presupuestaria. Hay que huir de mensajes catastrofistas y polarizados donde se llega a firmar que se está matando a la investigación. Es, además, necesario plantear la investigación en términos de resultados y eficiencia, plantearla como un proceso continuo, alineando los objetivos de la investigación a las necesidades y prioridades de la sociedad.
..Antonio Burgueño Jerez

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