Toni Comín, conseller de Salut del ICS (Instituto Catalán de Salud), presentó la semana pasada un plan con el que pretende orientar la atención primaria hacia un “modelo psicosocial”, con atención especial a los determinantes en salud, y una clara definición de la cartera de servicios de los equipos de atención primaria y las tareas de los profesionales.
Con un proyecto basado en 10 recomendaciones y 24 líneas estratégicas, el primer paso es alcanzar un acuerdo, un pacto político por la sanidad para poner las bases de toda la negociación, una cuestión que hasta ahora no se ha logrado.
La reforma que se impulsa tiene como base los cambios sociales de los últimos 20 años, tales como los demográficos, epidemiológicos y culturales, que son los que han sostenido el envejecimiento de la población, las olas migratorias, la cronicidad o las nuevas tecnologías, ha asegurado el propio Comín, que trata de dimensionar los recursos de la Atención Primaria facilitando su autonomía de gestión; mejorar el reconocimiento social y condiciones laborales de los profesionales; mejorar la oferta de formación continuada, y optimizar el uso de las nuevas tecnologías.
Para el envejecimiento y la cronicidad, dos de los apartados que más preocupan y más relevancia están adquiriendo, el proyecto quiere apoyarse en la atención domiciliaria, convirtiendo “las casas sean un espacio asistencial“, ha asegurado el propio conseller, que quiere optimizar las camas hospitalarias.
¿Por qué la oposición no apoya esta propuesta?
Sin embargo, la oposición no ha recibido este proyecto positivamente. Comín no ha tenido en cuenta que la Atención Primaria ha sufrido un recorte del 20% en los últimos cinco años, lo que ha dejado unas listas de espera “fabulosas”, con perjuicio para el sistema, los pacientes y los profesionales.
Además, los propios partidos han considerado que no es viable apoyar un proyecto del conocen su existencia por los medios de comunicación y no en el parlamento
Se sube al carro de las desprivatizaciones
Por otro lado, Comín también anunció la semana pasada la “desprivatización” del servicio de atención domiciliaria en Barcelona que estaba dando la empresa SARDomus en el barrio de la Mina y Montcada i Reixac (Barcelona), centrándolo en la Estació clínica d’atenció primària (Ecap) y en la Història Clínica Compartida (HC3).
Los 2,4 millones de euros que recibía SARDomus por la gestión del servicio ahora pasarán a manos del ICS, para el que ya ha contado con la incorporación de 148 profesionales, de los cuales 46 son médicos. Sin embargo, de los anteriores empleados además de que se pondrán en marcha 12 vehículos.
Comín ha asegurado que con esto “Ganamos en integración operativa y tecnológica“. Se trata, ha dicho, de que los proveedores sean las empresas públicas. “Con este cambio profundizamos en lo que está siendo una de las líneas estratégicas del mandato: reforzar el carácter público del sistema sanitario“, ha asegurado.
La atención domiciliaria era realizada por el propio ICS en el resto de la región.
..Alfonso González
