El uso de marcapasos sin cables en España está por debajo de la media europea

El Registro Español de Marcapasos muestra que en el año 2015 se implantaron 77 marcapasos sin cables y se realizaron solamente en nueve Comunidades Autónomas, ya que aún son pocas las indicaciones para este tipo de implantes a nivel médico, y el coste actual de esta tecnología es aún muy superior al de un marcapasos monocameral convencional. Sin embargo, estiman, “su empleo irá en aumento a medida que nuevos estudios realizados a largo plazo vayan corroborando las tasas de eeficacia y seguridad”.

Mientras, utilizaron 820 marcapasos convencionales y 73 dispositivos de resincronización por cada millón de habitantes respectivamente, con una media de edad de 77,7 años. Algo más de la mitad de estos dispositivos se implantan en mayores de 80 años. El consumo de generadores es mayor en los varones (58,2% frente a 41,8%), tanto en primeros implantes como en recambios.

Como indica la Dra. Marta Pombo, de la sección de Estimulación Cardiaca de la SEC, y firmante del estudio, “en general los datos obtenidos en el Registro de 2015 referentes al número de marcapasos implantados en España mantienen la tendencia de los datos publicados en los últimos años, y es esperable un incremento progresivo en años venideros debido al aumento en la esperanza de vida en nuestra población”. Estas cifras indican que “en comparación con el año 2014, se ha incrementado la cifra de marcapasos un 5%, concretamente 36 más por millón de habitantes”, una tendencia que, añade la doctora, muestra como “ha crecido más que en años anteriores y que puede deberse principalmente al envejecimiento de la población, así como a la progresiva recuperación económica”.

Al igual que sucede con la implantación de desfibriladores automáticos en España, en comparación con otros países de la Unión Europa, en el uso de marcapasos sin cables también se está por debajo de la media (954 unidades/millón). Una realidad que puede vincularse a un menor gasto sanitario per cápita que en países del entorno, como Francia, Bélgica o Alemania, y a otros motivos distintos de los económicos como falta de recursos o programas de formación, o menor incidencia de las enfermedades para las que se indica el implante y bajas tasas de derivación.

También se observa disparidad en la incidencia de implantes de marcapasos sin cables entre las CCAA, el motivo, como afirma la doctora, sea “probablemente por las diferencias en la edad poblacional, o en las estructuras sanitarias que implican diferencias en la densidad de unidades de arritmias y unidades de insuficiencia cardiaca”.

Finalmente, destacan que, aunque la estimulación bicameral es predominante, en alrededor del 20% de los casos se implanta marcapasos monocameral ventricular, pese a encontrarse el paciente en ritmo sinusal. Por tanto, en ese grupo de pacientes podría optimizarse el modo de estimulación. Los pacientes mayores de 80 años son los que menos se benefician del mantenimiento de la sincronía aurículo-ventricular.
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