Científicos descubren proteína protectora contra el hígado graso

Científicos del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) y el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), del Hospital Clínic de Barcelona, determinaron la función preventiva de la proteína “CPEB4” contra el hígado graso.

El hígado graso, comúnmente conocido en el ámbito sanitario como esteatosis hepática, es una enfermedad generalmente benigna del hígado que se caracteriza por la acumulación de ácidos grasos y de triglicéridos en las células hepáticas.

Los síntomas del hígado graso por regla general suelen ser dolor en la parte superior derecha del abdomen, malestar general, fatiga crónica, y sensación de pesadez, en especial después de las comidas.

Esta condición patológica del hígado suele derivar hacia inflamación crónica (esteatohepatitis no alcohólica), que puede desencadenar en fibrosis, cirrosis y, en última instancia, cáncer de hígado. Este estudio abre la vía a estrategias terapéuticas para prevenir y combatir el hígado graso. Los resultados se publican esta semana en Nature Cell Biology.

El hígado graso no alcohólico se caracteriza por la acumulación de grasa en los hepatocitos. Hay múltiples condicionantes para desarrollarlo y no están bien descritos todavía, pero la obesidad y el estilo de vida, al igual que el envejecimiento, están asociados a un aumento de la incidencia. También hay estudios genómicos a gran escala que asocian variaciones genéticas en el gen CPEB4 con defectos en el metabolismo de grasas.

Los investigadores del IRB Barcelona eliminaron la proteína “CPEB4” del hígado de ratones para estudiar su función y constataron que, a medida que envejecían, los ratones desarrollaban hígado graso. Asimismo, ratones jóvenes alimentados con una dieta rica en grasa, y carentes de CPEB4, también desarrollaban esta condición y más acentuada.

El investigador ICREA del Instituto de Investigación Biomédica Raúl Méndez, colíder del estudio, explicó que “conocer ahora la función de “CPEB4” en el hígado puede ser útil como valor predictivo para aquellas personas que tengan variantes patológicas de esta proteína y prevenir el desarrollo, por ejemplo, vigilando la dieta y las horas de ingesta. También puede ofrecer pistas para desarrollar terapias que mejoren las tareas de limpieza del hígado”.

Los expertos consiguen revertir el hígado graso en ratones administrándoles un medicamento denominado “Tudca”, que hoy se usa para otro tipo de desórdenes. Este medicamento ejerce la misma función que las proteínas que pone en marcha CPEB4 y que se encargan de la limpieza celular, las chaperonas. “Quizás en un futuro podrían desarrollarse moléculas parecidas a Tudca, pero dirigidas específicamente a CPEB4, para aumentar la limpieza del hígado”, aventura Méndez.

En la actualidad, se estima que ya hay entre 80 y 100 millones de personas con hígado graso solo en Estados Unidos, porcentaje que tiene un mayor riesgo de desarrollar cirrosis y cáncer de hígado. Cabe destacar, que la incidencia del cáncer de hígado se ha más que triplicado desde 1980 y es la primera causa de muerte de pacientes con cirrosis.
..Diego Armando M

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