3 de cada 4 enfermeras han sufrido un accidente biológico, siendo el estrés por la excesiva carga de trabajo el principal motivo

Un 73% de los profesionales de Enfermería afirma haber sufrido un accidente biológico, bien por un pinchazo, corte o salpicadura de fluidos, durante su ejercicio profesional. Y es que así se desprende del Barómetro Enfermero llevado a cabo por el Sindicato de Enfermería SATSE.

En concreto, el trabajo que, se ha realizado a partir de las respuestas de 4.608 profesionales de la Enfermería de todo el país, permite obtener una información actualizada sobre la incidencia de los accidentes biológicos en el desempeño de su profesión en los centros sanitarios, públicos y privados.

A tenor de los resultados, queda de manifiesto que mayoritaria es la opinión de que las enfermeras y enfermeros son los profesionales sanitarios con más riesgo de sufrir este tipo de accidentes (77,23%), mientras que un 20,98% entiende que el riesgo es similar en todas las profesiones sanitarias y tan solo un 1,79% cree que otras profesiones conlleven un mayor riesgo que Enfermería.

En opinión de las enfermeras/os encuestados, los principales factores que influyen a la hora de sufrir un accidente biológico, por este orden, son: el estrés laboral causado por una excesiva carga de trabajo, el uso de material inadecuado y las malas condiciones existentes en su lugar de trabajo, como la falta de espacio o luz inadecuada.

Desconocimiento sobre la existencia de un protocolo de actuación en caso de accidente
Un 78,61% de los profesionales de Enfermería encuestados conoce la existencia en su centro de trabajo de un protocolo sistemático de actuación en caso de producirse accidentes biológicos; mientras que un 5,31% afirma no tener conocimiento del mismo.

La organización sindical recuerda que, por su actividad diaria, los profesionales de Enfermería son un colectivo especialmente afectado por este tipo de accidentes que conllevan una alta posibilidad de contagio de más de una veintena de virus potencialmente mortales, como los de la Hepatitis B y C o el VIH.

Por ello, desde SATSE se considera que tanto las administraciones sanitarias como las empresas que se encargan de la gestión de los centros sanitarios, están haciendo “caso omiso” a la Orden de 2013, por la que se establecen las medidas necesarias para la prevención de lesiones causadas por instrumentos cortantes y punzantes, y que traspuso la Directiva de la Unión Europea aprobada en 2010 en este sentido.
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