Charlie Gard, el bebé que la justicia quería “desenchufar”, se va a Estados Unidos

La Justicia inglesa (y europea) decidieron que Charlie Gard no tenía derecho a vivir. El juez Nicholas Francis había apostado por desconectarle de la máquina que le mantenía con vida en el Great Ormond Street Hospital en contra de los deseos de los padres, Chris Gard y Connie Yates que buscan para su hijo una oportunidad.

El Dr. Michio Hirano se la ha dado y su intervención ha sido crucial para que el Congreso de Estados Unidos le conceda el permiso de residencia permanente y pueda ser sometido a un tratamiento experimental. Dos congresistas republicanos han intervenido para que el propio Donald Trump se interesase por él.

El bebé sufre el síndrome de depleción de ADN mitocondrial, una enfermedad rara que inhabilita la capacidad del cuerpo para dar energía a los músculos, hasta que el cuerpo sufre una falla respiratoria total. Sin embargo Hirano, especialista en enfermedades mitocondriales del Centro Médico de la Universidad de Columbia, en Nueva York, propone un tratamiento experimental que ofrece un “10 % de probabilidad de fortalecimiento de los músculos”, además de una “significativa” mejora de la función cerebral.

Los médicos del hospital y el juez no habían querido escuchar ninguna otra opinión que pudiera ir en contra de su decisión, pero la intervención de Trump y el Papa Francisco ha sido determinante, así como la donación de casi 1,5 millones de euros para costear el tratamiento con pequeñas participaciones de hasta 80.000 personas.
Alfonso González

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