Cuatro de cada 10 personas que viven con Alzheimer luchan a diario con barreras físicas

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Hasta un tercio de los cuidadores de enfermos de Alzheimer se encuentra alguna barrera física al menos una vez al día; en concreto un 43% se topa con esta realidad cada vez que sale de casa y el 80% no detecta compromiso social para convertir las ciudades en entornos amigables con la demencia. Y es que así se desprende del Estudio Sanitas Barreras físicas y Alzheimer, presentado durante la jornada ‘Arquitectura e Innovación para las personas con demencia’, organizada por Sanitas Mayores y la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona.

Vivimos en sociedades cada vez más envejecidas, la realidad es que la demencia es hoy uno de los grandes retos globales de salud con 46,8 millones de afectados en el mundo. Todo esto se da en entornos cada vez más urbanizados, en grandes ciudades”, afirma el director global de Cuidados de Demencia de Bupa, Graham Stokes.

La jornada reunió a expertos internacionales con propuestas pioneras para adaptar esos ambientes a las necesidades de vivir con demencia y para aplicar la innovación médica al cuidado de estas personas. “Por esto, adaptar estos entornos a las necesidades de estas personas es una medida más para hacer frente a este reto. Es fundamental ampliar nuestras herramientas de lucha contra el Alzheimer con la aplicación de técnicas innovadoras en el tratamiento de los síntomas de una enfermedad que, hoy por hoy, no tiene cura”, añade Stokes.

Solo de dos de cada 10 hogares disponen de accesos y zonas comunes adaptados a personas con Alzheimer

Durante el encuentro los expertos han coincidido en señalar el hogar como uno de los primeros puntos de actuación, especialmente si se tiene en cuenta que hasta ocho de cada 10 personas que viven con Alzheimer son cuidados en domicilios privados, y que solo dos de cada 10 hogares disponen de accesos y zonas comunes adaptados.

Al respecto, el arquitecto Mauro Cuesta, encargado de adaptar las infraestructuras de Sanitas Mayores a las necesidades de los residentes, explicó algunas de las medidas a tomar para hacer del hogar un entorno amigable con la demencia, medidas que “pasan por considerar los criterios de proporcionales del espacio; eliminar o controlar los elementos de riesgo físico o que puedan generar situaciones de estrés; adaptar las texturas y colores de manera que se cree un contraste adecuado; adaptar espacios exteriores o de transición; facilitar la accesibilidad más allá de los requerimientos legales; elegir muebles ergonómicos con adaptación en altura; disponer de cama adaptada; o adaptar la iluminación en cuanto a intensidad y temperatura de color”.

Alzheimer: la adaptación al entorno mejoras los síntomas de la enfermedad

Estas medidas que Cuesta menciona, o modificaciones en los hogares, tienen incidencia directa en el estado de las personas con viven con demencia, y es que como asegura el jefe de Dirección Asistencial de Sanitas Mayores, David Curto, la adaptación del entorno mejora los síntomas de la enfermedad. “Por ejemplo, los colores llamativos pueden provocar en un enfermo episodios de estrés, por lo que es recomendable pintar la casa con tonos suaves y evitar muebles de colores llamativos”. “Sin embargo”, como reconoce, “aquí nos encontramos con otra barrera y es el coste de realizar estas reformas. Tres de cada 10 cuidadores afirma que los espacios comunes no están adaptados por motivos económicos”, ha añadido Curto.

En este sentido, la miembro de la Asociación de Familiares de personas con Alzheimer de Málaga, Paloma Ruth Guzmán, indica que los problemas que se derivan del cuidado domiciliario de un enfermo de estas características son innumerables y suelen repercutir de manera importante, tanto en la salud y en la calidad de vida del paciente como de sus cuidadores. “Adaptar el hogar tiene un impacto muy positivo en las vidas de nuestros seres queridos pero faltan recursos”, afirma.

En España el Alzheimer afecta a unas 800.000 personas

El Alzheimer,  según datos de la Sociedad Española de Neurología (S.E.N.), en nuestro país afecta a unas 800.000 personas, de las cuales, entre un 30 y 40% está sin diagnosticar y para 2050 se duplicarán las cifras actuales. Es la principal causa de discapacidad en las personas mayores y la patología que genera uno de los mayores gastos sociales. A nivel mundial es la forma de demencia más frecuente en ancianos, y es que afecta a más de 35 millones de personas en el mundo.
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