Un 10% de los productos médicos en países de ingresos bajos y medios son falsos o de mala calidad

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La penetración en el mercado de medicamentos falsos y de peor calidad a lo requerido, no se exagera al afirmar que está en alza, especialmente en países de ingresos bajos y medios, donde uno de cada 10 productos médicos suspende los estándares o son imitaciones, y hablamos de un negocio que supone unos 30.000 millones de dólares.

Y es que así lo pone de manifiesto el Sistema Mundial de Vigilancia y Monitoreo de productos médicos de calidad “subestándar” y falsificados (GSMS, por sus siglas en inglés) que, creado en julio de 2013 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su primer informe publicado esta semana, concluye que “este problema va en aumento”.

Los expertos de la OMS consideran que el aumento de la presencia de productos de calidad inferior a lo exigido es debido en parte a la globalización y a la irrupción del comercio electrónico, que han “aumentado la complejidad de la cadena de suministro de medicinas al proporcionar numerosos puntos de entrada para productos médicos fabricados de manera inmoral e ilegal”.

El GSMS, que tiene por objeto alentar a los Estados miembros a que comuniquen los incidentes relacionados con este tipo de productos de forma estructurada y sistemática parad esta forma poder evaluar de manera más exacta y validada la magnitud y el alcance del problema y los daños que causan, los países han informado de hasta 1.500 productos afectados que, en el caso de algunos, la OMS ha recibido miles de denuncias, y en el caso de otros, tan solo unas pocas. Lo que está claro, tal y como consideran los expertos del GSMS, es que “estos casos solo representan una fracción del problema real, más aún teniendo en cuenta que el observatorio está aún en su infancia”.

En los últimos años ha crecido la vigilancia en los medicamentos falsos que son comprados en Internet

Durante los últimos años, se ha prestado mucha atención a los medicamentos “falsos” comprados en Internet, destacando especialmente el “cerco” sobre los productos de moda que venden un particular e “idílico” estilo de vida, como pastillas para adelgazar o tratamientos contra la impotencia.

No obstante, en los últimos cuatro años, la OMS ha recibido informaciones sobre productos médicos subestándar o falsificados “en todas las categorías terapéuticas”, desde medicamentos contra el cáncer, anticonceptivos, hasta antibióticos y vacunas.

Medicamentos subestándar o falsificados no solo tienen un impacto trágico en pacientes individuales y sus familias, sino que también son una amenaza para la resistencia antimicrobiana”, advierte la directora general adjunta para el Acceso de Medicamentos, Vacunas y Farmacéuticos de la OMS, Mariangela Simao.

Los dos más frecuentemente denunciados ante la OMS son medicamentos contra la malaria (286 casos) y antibióticos (244), seguidos de analgésicos (126), productos que promueven un determinado estilo de vida (124) y medicinas contra el cáncer (100). Por regiones, la mayoría de las denuncias llegan de África subsahariana (42 %) y un 21 % de América y de Europa.

10,5% de productos médicos utilizados en países con ingresos bajos y medios suspenden las pruebas y son medicinas subestándar o falsificadas

De acuerdo con el informe, el 10,5 % de los productos médicos utilizados en los países con ingresos bajos y medios suspenden las pruebas y son medicinas subestándar o falsificadas.

El peligro que supone hacer uso de antibióticos subestándar o falsicados, queda de manifiesto en un estudio de la Universidad de Edimburgo (Escocia), en el que se estima que entre 72.000 y 169.000 niños pueden morir cada caño de neumonía debido a esos antibióticos.

Otros datos de la London School de Higiene y Medicina Tropical calcula que se pueden generar entre 64.000 y 158.000 fallecimientos adicionales en el África subsahariana por malaria provocados cada año por productos contra esta enfermedad falsificados o no conforme a los estándares.

Un coste de miles de vidas y también de millones de euros, y es que suponer un gasto de unos 38,5 millones de dólares (32,3 millones de euros) para pacientes y los servicios sanitarios por tratamientos adicionales debido a la ineficacia de los medicamentos.
..Redacción

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