Entre el 2 y el 20% de los procesos quirúrgicos se complican con infecciones graves

Reportaje sobre el funcionamiento de las Urgencias del Hospital Virgen de la Arrixaca- Quirófano de Urgencias © Nacho García 22/1/2015

Las infecciones en los procesos quirúrgicos son una realidad que, entre el 2 y el 20% de los casos, son graves. Poner freno a este escenario y reducir notablemente estas cifras es posible con el uso sistemático de técnicas y procedimientos para ello. Así lo ha analizado la Fundación Ciencias de la Salud durante una jornada en colaboración con GSK, titulada: Controversias éticas, la infección tras cirugía: ¿consecuencia inevitable o accidente a prevenir?

La conclusión es que urge instaurar políticas muy estrictas que reduzcan al mínimo las infecciones quirúrgicas, y también implantar criterios de gestión para abordarlas. En este terreno nos encontramos en el contexto de la “seguridad del paciente”, tal y como ha manifestado el profesor Diego Gracia, presidente de la Fundación Ciencias de la Salud, y lo ha calificado como: “Nuevo enfoque, en vías de implementación en muchos centros”.

La clave se encuentra en un correcto sistema de vigilancia y en aplicar un método más ajustado
El quid de la cuestión se encuentra en los sistemas de vigilancia, pues no resulta fácil contar con los adecuados y que tengan en consideración los riesgos que derivan de las características del paciente: edad, estado de salud previo, etc., más allá de los que dependen exclusivamente de la atención recibida. Implementar un método más ajustado para comparar el riesgo de infección repercutiría directamente en el coste del sistema sanitario, ya que permitiría cuantificar las dimensiones de las reclamaciones y su coste.

Un factor con el que hay que tener especial delicadeza es con la ética y la protección del honor del cirujano, ya que se plantea la exposición pública mediante publicación de las listas de sus tasas de infección: “El honor del cirujano se vulnera algunas veces con la exposición de sus tasas de infección”, afirma el Dr. Emilio Bouza, patrono de la Fundación.

El trabajo con personal externo es determinante para la calidad de la medición
En lo que respecta a medir la calidad de la medición, resulta fundamental contar con personal externo al servicio, y así lo ha manifestado el Dr. Ángel Asensio, jefe del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Puerta de Hierro-Majadahonda quien, además, no apuesta por el riesgo cero, porque es imposible, pero sí afirma que: “Si se pusieran todas las medidas conocidas en práctica, el riesgo de infección podría reducirse”.

La rapidez de la tecnología diagnóstica ayuda notablemente en la prevención y el tratamiento
La rapidez de respuesta de la tecnología diagnóstica, entre una y cuatro horas, permite implantar medidas profilácticas muy importantes para prevenir y tratar la infección post-quirúrgica. Además, esto deriva en un ajuste en los tratamientos dirigidos.

El reto, como se ha afirmado durante la jornada, reside en la instauración de estrategias unificadas ente el laboratorio y la clínica. También se ha argumentado que un retraso en la optimización del tratamiento está directamente relacionado con un empeoramiento lineal del pronóstico.

La realidad es que estamos asistiendo a una disminución progresiva de esta tasa de infección, gracias a las nuevas tecnologías, a las medidas preventivas, al uso profiláctico de los antimicrobianos y a las mejoras en la preparación del paciente. No obstante, crece el porcentaje de operaciones de población de mayor riesgo y más anciana con lo cual, siempre hay una parte casi inevitable, afirman los expertos.
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