Para Micaela Navarro, Vicepresidenta Segunda del Congreso de los Diputados y presidenta del Partido Socialista en Andalucía, la dimensión social es muy importante, también en el ámbito profesional, por eso ha explicado a iSanidad. Lo mejor de la Sanidad el presente y futuro de la sociedad.
¿Qué hacemos con las drogas y los jóvenes? Sobre todo con el alcohol, el tabaco, las pastillas, somníferos, etc.? ¿Qué opina de este problema y de la trivialización que se le da a estos asuntos?
No es bueno generalizar ni unir juventud y adicciones. Podríamos incluso hablar de adición a las nuevas tecnologías donde, como en todo, hay que distinguir entre el uso y el abuso; pasa con eso y pasa con las sustancias de las que me acaba de hablar. Es una Política de Estado pero, a diferencia de la otra, hay una parte muy importante del papel que tenemos que jugar las propias familias, no podemos dejar la responsabilidad de lo que hacen nuestros hijos solo en manos de los Gobiernos. Tendrán que invertir en determinadas políticas, pero no podemos dejar esa responsabilidad en manos del profesorado. La familia individualmente, los padres y las madres, también tenemos que ser conscientes de que somos piezas clave en la educación y en la formación de nuestros hijos. Las familias no podemos delegar en los demás la educación de nuestros hijos; en los colegios lo que hacen tiene que ver más la formación.
No podemos dejar la responsabilidad de lo que hacen nuestros hijos solo en manos de los Gobiernos
Vivimos en un mundo absolutamente escaparate donde lo que pasa en cualquier parte del mundo lo estamos viendo en tiempo real, estamos viendo los problemas que generan las adicciones. Me preocupa que en España esté habiendo un repunte de la heroína cuando creíamos que eso ya había desaparecido; en EE.UU. se ha considerado epidemia, debido al nivel de afectación que hay en la sociedad.
También me preocupa que el haber visto las consecuencias del alcohol en algunas personas no nos lleve a la conclusión que a nosotros también nos puede pasar. El que nos tomemos con frivolidad este tema. Cualquiera se puede tomar un día una copa, pero hay que ser muy prudentes. En este caso concreto, lo que tiene que haber es una Política de Estado de coordinación con todas las Administraciones Públicas, pero aquí no cabe solo su papel. El papel de las familias es fundamental.
Incluso la independencia que te dan las Nuevas Tecnologías puede hacer que te aísles y después tengas que tomar este tipo de sustancias para vencer la timidez o hacer relaciones sociales, ¿verdad?
Sí. Es que hay en este momento madres y padres que creen que su hijo está más seguro en su habitación que jugando en la calle, porque en la calle le puede pillar un coche. Pues a lo mejor corre más riesgo encerrado en su habitación con una Tablet que jugando en la calle, porque no sabe con quién está estableciendo relaciones y, al mismo tiempo, porque se está aislando socialmente.
Usted ha hecho mucho por la Igualdad y es un tema que vamos superando. Sin embargo, en el tema de las agresiones a las mujeres, hay una percepción de que los jóvenes están mediatizados por la sociedad, por la televisión, por la frivolidad con la que se trata muchas veces y da la sensación de que, a nivel de mayores, se ha encajado mucho más la igualdad que a nivel de jóvenes. A nivel de jóvenes y adolescentes aún hay un abismo entre lo que es la mujer y el hombre. ¿Eso viene de las familias? ¿Cuál es su opinión y qué visión tiene sobre esto? ¿De dónde vienen los valores que tiene la gente joven en esta temática?
No pienso tirar la toalla en nada de lo que forma parte de mi compromiso vital y esta es una de las cosas que forman parte de él. Me preocupa seriamente el pensar qué no estamos haciendo bien. Hay una etapa a partir de los 30 donde hay una generación que ha asimilado y asumido con bastante más normalidad la conciliación de la vida familiar y laboral, porque ésta no tiene que ser para que las mujeres conciliemos mejor con nosotras mismas, tiene que ser para que un padre y una madre atiendan por igual a un hijo que está en situación de dependencia. Podemos ser pareja o no, eso se puede romper, pero lo que no se va a romper nunca es la relación con nuestro hijo y padres y madres vamos a seguir siendo siempre. Hay medidas de apoyo a la conciliación; yo no soy partidaria de las ayudas económicas a las familias, soy partidaria de las políticas públicas que hagan posible que las familias sepan que cuentan con una guardería a un precio asequible, en función de sus ingresos; con una ley de atención a la dependencia que le sirva de apoyo; y lo que es la relación en el ámbito de la casa, que la lleve cada uno como quiera.
Soy partidaria de las políticas públicas que hagan posible que las familias sepan que cuentan con una guardería a un precio asequible, en función de sus ingresos; con una ley de atención a la dependencia que le sirva de apoyo; y lo que es la relación en el ámbito de la casa, que la lleve cada uno como quiera
Pero que eso no interfiera en el desarrollo profesional de ninguno de los dos: ni en el profesional ni, por extensión, en el salarial. Estamos viendo la brecha salarial entre hombres y mujeres, que sigue siendo muy alta. Me da risa cuando dicen que se está reduciendo: se está reduciendo porque los hombres han perdido capacidad salarial, no porque las mujeres hayamos mejorado. Las cosas se resuelven si yo gano, pero sin que usted pierda. La igualdad de las mujeres no puede venir de la mano de que los hombres pierdan, sino porque las mujeres y los hombres tengamos los mismos derechos y las mismas oportunidades, pero no quitándole oportunidades a los hombres, así no vamos a ningún sitio.
Me preocupa que generaciones muy jóvenes digan cosas que a mí me generan mucha preocupación, y es que consideran normal y lógico que una mujer gane menos que un hombre, que no valemos lo mismo; consideran normal que una mujer pueda ser agredida por un hombre; a mí eso me preocupa que lo diga los chicos, pero también que las chicas no le den importancia.
El problema es que las mujeres en el ámbito educativo ven como, no solo son mayoría en ese ámbito, sino que las mejores puntuaciones y los mejores expedientes son de ellas, son suyos. ¿Cuándo se empiezan a dar cuenta del problema? Cuando terminan ese período y se van al mercado laboral y ven que con su mejor expediente, su compañero le adelanta y encuentra empleo antes y mejor remunerado que ella. Es cuando se empieza a dar cuenta de que es verdad eso de que no tenemos las mismas oportunidades.
Mientras tanto, se pierde un tiempo precioso donde chicas muy jóvenes, menores de 20 años, se ríen literalmente cuando intentan ponerlas en alerta de decir: “ten cuidado, no permitas que nadie te insulte por ser una mujer”. Se trata de no permitirlo, porque el insulto de hoy, mañana se va a convertir en algo más grave.
En algún momento de mi vida he pensado que la inercia del tiempo iría haciendo que las generaciones más jóvenes, nacidas en democracia y en otras circunstancias sociales y políticas de este país, serían de otra manera. Me preocupa este dato viviendo de la gente más joven, de 14-16 a 20 años, y me preocupó la última encuesta que vi del Instituto de la Juventud. Me preocupó que a estas alturas volvamos a discutir de cosas que creíamos ya superadas.
En el ámbito sanitario tenemos un problema de cara al futuro: en la Universidad, el 72% de las profesionales sanitarias médico son mujeres. El día de mañana, eso nos va a traer un grave problema, por muchas razones: a parte de los derechos como mujer de maternidad, etc, los condicionamientos de los que hemos estado hablando van a impedir que quieran hacer guardias, que quieran cubrir puestos lejanos, etc ¿Alguna vez se ha planteado en el ámbito político que ese camino es sumamente peligroso para una Sanidad pública como la que tenemos? Porque eso se tiene que abordar con imaginación, con conciliación, y con perspectivas de futuro. Es un problema que lo tenemos a la vuelta de la esquina y, de hecho, ya muchos puestos de cobertura no se hacen porque en el ámbito de la Atención Primaria hay mujeres que no quieren cubrir guardias porque tienen que cuidar o quieren cuidar a su hijo.
Yo creo que posiblemente ese será el momento en el que pongamos en valor realmente, y esta no es más que una pata fundamental de lo que hablábamos al principio, el envejecimiento de la población es un fenómeno que está ahí, que lo estamos viendo venir y del que hablamos todos los días, pero del que yo creo que no nos lo hemos tomado en serio todavía.
Y el envejecimiento de la población, en España y en Europa entera, en España tiene que ver precisamente con algunas de estas circunstancias. Y, probablemente, cuando lleguemos a ese momento que usted dice, donde más del 70% de los profesionales sanitarios, y a lo mejor se nota más en el ámbito sanitario porque es una profesión en la que además tiene un grado de dedicación muy alta y es posible que ahí se note más que en otros ámbitos; pero, en ese momento, seremos conscientes de que lo que no podemos seguir haciendo desde la sociedad, y por supuesto desde el ámbito político, que es desde donde tenemos que empezar a tomar medidas, es seguir viendo que cuando una mujer decide tener un hijo, tiene un problema ella, básicamente, ni siquiera la pareja.
Ella tiene un problema de obstáculos a la hora de desarrollo profesional, a la hora de tener el mismo salario, porque en el momento que tienes un hijo, tienes que renunciar a las guardias, a los ascensos, a muchas cosas y, por el contrario, si esa mujer decide que no quiere tener un hijo porque le impide su desarrollo profesional, primero está renunciando a algo a lo que ella puede hacer.
En el momento que tienes un hijo, tienes que renunciar a las guardias, a los ascensos, a muchas cosas. Si somos conscientes de que la falta de nacimientos es un problema para la sociedad en su conjunto, vamos a no penalizar a las mujeres cuando tienen un hijo, que es lo que está pasando en estos momentos
La maternidad y la paternidad para mí no es un derecho, para nada, los niños tienen derecho a tener una familia, pero la familia no tiene el derecho a tener hijos. Si tienen hijos, tienen un problema individual ellas; si no tienen hijos, tenemos un problema la sociedad. Pero la sociedad no ha tomado conciencia todavía de eso y el día a día de la mayoría de los puestos de trabajo y de nuestra vida cotidiana tiene un coste personal para las mujeres principalmente que tienen hijos.
Si somos conscientes de que la falta de nacimientos es un problema para la sociedad en su conjunto, vamos a no penalizar a las mujeres cuando tienen un hijo, que es lo que está pasando en estos momentos.
Las mujeres que, además de desarrollarse profesionalmente, quieren ser madres, tienen un problema y se les penaliza. En algunos casos, creo que encima renuncian a eso para que no se les penalice; pero si no se les penaliza a ellas individualmente, estamos la sociedad cada día dando un paso más hacia el abismo. Lo que habría sería que poner alfombra roja a aquellas madres que deciden serlo, porque la maternidad no es solo una circunstancia que uno tiene que elegir libremente, sino que ejerce también una función social fundamental.
Yo no soy partidaria de las políticas natalistas, pero hay una cosa muy sencilla: soy partidaria de que cualquier pareja, cualquier mujer, sepa que el tener hijos no la va a penalizar. Y ya está. Y en ningún aspecto: profesionalmente, laboralmente, ni económicamente, porque para eso son las políticas que hablábamos anteriormente de conciliación. Los servicios públicos hay que adaptarlos en muchos casos a las circunstancias económicas de las familias. Hay que apoyar a las familias, tienen que tener soporte de apoyo y luego, a partir de ahí, que ellas elijan y decidan si quieren o nos ser madres.
..Dr. Francisco Toquero de la Torre