Según el informe ‘Las cifras del cáncer en España 2018’ que realiza la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el cáncer colorrectal, con 34.331 casos, fue el cáncer con más incidencia, siendo en varones el segundo más diagnosticado después del cáncer de próstata y en mujeres también el segundo tras el de mama.
En un comunicado del grupo hospitalario Quirónsalud, en palabras del Dr. Pedro Machado Liendo, especialista en coloproctología del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud San José, “el origen más habitual del cáncer colorrectal es un pólipo que crece en la mucosa del colon o recto que, si no se detecta y extirpa a tiempo, puede convertirse en un tumor maligno. De hecho, y he aquí una buena noticia, la enfermedad, tratada en sus primeros estadios, tiene una tasa de curación cercana al 90%”, quien indica las causas que contribuyen a padecer esta enfermedad: edad, dieta, herencia, historial médico y estilo de vida.
Causas; la carga genética: “las personas que tengan un antecedente familiar directo de cáncer colorrectal tienen 25 veces más predisposición de sufrirlo en comparación con aquellas que carecen de este antecedente”
La edad, en la mayoría de los casos de detectan en personas entre los 65 y 75 años. La dieta, un factor crucial tanto para bien como para mal en el desarrollo de esta enfermedad oncológica, muchos estudios asocian las dietas ricas en grasas y con bajo contenido en fibras a la predisposición de desarrollar cáncer colorrectal.
Otro factor muy a tener en cuenta es la carga genética que esta patología tiene. Como explica el Dr. Machado Liendo, “las personas que tengan un antecedente familiar directo de cáncer colorrectal tienen 25 veces más predisposición de sufrirlo en comparación con aquellas que carecen de este antecedente”.
Por ello es importante, en opinión del doctor, seguir las recomendaciones que la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece para todas aquellas personas que no teniendo antecedentes familiares directos de cáncer colorrectal deben someterse a una primera colonoscopia a los 50 años y, en el caso de quienes presenten antecedentes directos, a los 40 años es lo adecuado, o antes si presentan algún síntoma.
En cuanto al historial médico, la incidencia es mayor en quienes tienen o han tenido pólipos en el colon, colitis ulcerosa y cáncer de mama, útero u ovarios. Respecto al estilo de vida, huelga decir que la vida sedentaria carente de actividad física, la obesidad, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol contribuyen sobremanera al desarrollo de la enfermedad.
Los síntomas del cáncer colorrectal varían en función de la zona en la que esté localizado
Como aclara este cirujano general y del aparato digestivo, los síntomas de este tumor varían en función de la zona en la que esté ubicado. No obstante, “muchos individuos no presentan ningún síntoma a la hora del diagnóstico y, por ello, son muy importantes los programas de detección precoz de la enfermedad”, destaca el doctor.
Los síntomas más habituales son la presencia de sangre en las heces, el dolor abdominal, los cambios en el hábito intestinal (estreñimiento o diarrea), las heces más estrechas (por la presencia del tumor), la sensación de evacuación intestinal incompleta (tenesmo rectal) y el cansancio o la pérdida de peso sin causa aparente.
Respecto a este cuadro sintomático tan amplio, como aclara el experto, “en ocasiones, el inicio de los síntomas se da con un cuadro de obstrucción intestinal (imposibilidad de efectuar deposiciones), presentando clínicamente un aumento del perímetro abdominal asociado a vómitos”. “Otra forma de presentación”, añade, “es la perforación del tumor con síntomas de peritonitis por vertido de contenido fecaloideo a la cavidad abdominal, que causa malestar general, intenso dolor abdominal y fiebre”.
El tratamiento del cáncer colorrectal es multidisciplinar
En cuanto al tratamiento de esta patología, el especialista ha subrayado que debe ser de carácter multidisciplinar, es decir, en el que participen “digestivos, oncólogos, cirujanos y onco-radioterapeutas”. También, estos especialistas, “deben valorar a cada paciente de forma individualizada para decidir el abordaje terapéutico más conveniente”. Además, “en la mayoría de los casos es necesario intervenir quirúrgicamente para extirpar la zona donde se encuentra el tumor”, concluye.