Publicado en El Español Actualmente, tanto en España como en la gran mayoría de países occidentales, el gasto sanitario está totalmente desproporcionado en relación a la reducción de la mortalidad en la población general. Por ejemplo, en EEUU, el 90% del presupuesto destinado a mejoras en la salud de la población se dedica al sistema nacional de salud, es decir, a la medicina y todas sus tecnologías; sin embargo, en dicho país la sanidad tan solo logra contribuir en un 11% a la reducción de la mortalidad. Entre todo este presupuesto no solo se tienen en cuenta mejoras en la medicina, sino también el precio de los fármacos que están financiados de forma parcial o total. En el caso de que muchos de dichos fármacos tuviesen un potencial curativo -como sí lo tienen los antibióticos- no sería una mala noticia el “gasto excesivo”. Sin embargo, en el caso de España, ninguno de los diez fármacos más vendidos tiene potencial curativo según los datos aportados por el Observatorio del Medicamento . De hecho, la mayoría de ellos tan solo aportan un alivio sintomático, y otros se deben tomar de forma crónica, es decir, de por vida para aliviar la enfermedad que tratan.