Estudio revela que estar obeso podría reducir la cantidad de papilas gustativas en la lengua

Los ratones obesos tienen un 25% menos de papilas gustativas en la lengua que los roedores sanos, y es que así se desprende de un estudio realizado por la Universidad de Cornell en Nueva York (Estados Unidos).

En concreto, la investigación, publicada en PLOS Biology, revela que los autores alimentaron a un grupo de ratones con una dieta normal compuesta por un 14% de alimentos ricos en grasa, y a otro grupo con una dieta que contenía un 58% de grasa.

Tras ocho semanas, los ratones que habían sido alimentados con la dieta más grasa, aumentaron de peso aproximadamente un tercio más en comparación con los que se alimentaron con la dieta más baja en grasa. Hasta aquí, todo estaba dentro de la “lógica”, desde un punto de vista nutricional y metabólico, indican los investigadores.

Cinco sabores principales; salado, dulce, amargo, ácido y umami, considerado este último desde hace años como el quinto sabor y que procede del glutamato monosódico

Una papila gustativa está compuesta por aproximadamente de 50 a 100 células de tres tipos principales, cada una con diferentes funciones en la detección de los cinco sabores principales -salado, dulce, amargo, ácido y umam, considerado este último desde hace años como el quinto sabor y que procede del glutamato monosódico-.

Sin embargo, sorprendentemente, como afirman los investigadores de la Universidad de Cornell, los ratones obesos tenían un 25% de menos de papilas gustativas, y por ende menos sentido del gusto que los roedores delgados, sin presentar cambios en el tamaño promedio o la distribución de los tres tipos de células.

Estudios previos habían sugerido que el aumento de peso puede reducir la sensibilidad del sentido del gusto y que este efecto puede revertirse cuando el peso se pierde nuevamente, pero hasta ahora, este fenómeno no estaba claro de qué manera ocurre.

Renovación de las células de la papila gustativa sucede cada 10 días

La renovación de las células de la papila gustativa, sucede cada 10 días, y normalmente surge de una combinación equilibrada de muerte celular programada, también llamada apoptosis, y la generación de nuevas células a partir de células progenitoras especiales.

Sin embargo, los investigadores comprobaron que la tasa de apoptosis aumentó en los ratones obesos, mientras que el número de células progenitoras del sentido del gusto en la lengua disminuyó, lo que probablemente explicaría el descenso neto del número de papilas gustativas.

Los roedores genéticamente resistentes a la obesidad no mostraron estos efectos, incluso cuando se les alimentó con una dieta alta en grasas, lo que implica que no se deben al consumo de grasa en sí, sino a la acumulación de tejido adiposo.

Estos datos juntos sugieren que la adiposidad total derivada de la exposición crónica a una dieta alta en grasas se asocia con una respuesta inflamatoria de bajo grado que causa una interrupción en los mecanismos de equilibrio del mantenimiento y la renovación del sentido del gusto”, afirma uno de los autores principales del estudio, Robin Dando. Los investigadores concluyen que estos resultados podrían apuntar a nuevas estrategias terapéuticas para aliviar la disfunción del sabor en personas obesas que.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 1.975 se triplicó el número de personas obesas en el mundo;  y en 2016, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones padecían obesidad.
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