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Tras el ataque que la ciudad siria de Duma sufrió el pasado 7 de abril y, que al menos costó la vida de 40 personas, siendo la mayoría mujeres y niños, tal y como informó la ONG Cascos Blancos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reclamó acceso a la citada ciudad después de que 500 personas presentaran “síntomas que encajan con la exposición a químicos tóxicos”.
“Profundamente preocupada, y es que así expresó la OMS su postura ante este incidente, además de recordar que más de 70 personas habrían muerto y 43 de estos fallecimientos estarían “relacionados” con la supuesta exposición a armamento químico.
En total, 500 personas han sido atendidas por irritación de las membranas mucosas, problemas respiratorios o fallos del sistema nervioso central, síntomas que pondrían de uso de armamento prohibido, según el comunicado difundido por la organización internacional. “Todos deberíamos estar indignados por las denuncias e imágenes terribles llegadas desde Duma”, afirma el subdirector de la OMS para Preparación y Respuesta a Emergencias, Peter Salama, que ha reclamado el “acceso inmediato” de la organización a la zona donde se produjo el ataque para atender a los afectados y evaluar el impacto.
La OMS también ha recordado a todas las partes enfrentadas que tienen la obligación de respetar las infraestructuras sanitarias y que “todo uso de armas químicas para causar daño es ilegal de acuerdo al Derecho Internacional”.
La respuesta de Estados Unidos, Reino Unido y Francia ha aumentado la preocupación de la comunidad médica internacional. El uso de gas sarín o gas cloro es suficiente para que la Convención de Armas Químicas (CWC) lo considere “genocidio”. Los bombardeos aéreos no han mejorado la situación de los centros sanitarios.
Estos gases son líquidos que, al transformarse en vapor, producen la intoxicación mediante inhalación o a través de la piel acarreando síntomas como dolor intenso en los ojos, visión borrosa, sangrado, dificultad para respirar, convulsiones vómitos o diarrea. En los casos más intensos, estos efectos terminan produciendo la muerte por asfixia de una forma violenta y agónica. Lo que sobreviven a un ataque químico pueden sufrir graves secuelas de por vida y en los días siguientes es posible que el número de fallecidos aumente.
Contra el sarín y otros gases nerviosos existen antídotos como atropina u oxima, que deben ser aplicados inmediatamente, una posibilidad muy lejana para los debilitados centros hospitalarios de la región que han sufrido las consecuencias de una guerra de más de 7 años que ha “arrasado” las instalaciones hospitalarias y mermado los equipamientos y posibilidades de los profesionales.
Contra el gas sarín y otras armas químicas existen antídotos, pero los centros hospitalarios están muy debilitados y los bombardeos no mejoran su situación
Sin embargo, en Siria, el modo que tienen de prevenir los síntomas es disponer de tanques de agua y toallas limpias. “En caso de ataque, colocamos los paños sobre la cara y el cuerpo para aliviar la hinchazón“, aseguraba un soldado sirio.
En Siria se combaten las armas químicas con agua y toallas húmedas
Hace pocas fechas Médicos Sin Fronteras aseguraba que la “violencia extrema perpetrada contra civiles durante seis años de guerra en Siria no muestra signos de remitir”. Las instalaciones médicas, el personal y los pacientes han sido víctimas de ataques indiscriminados e intencionados, denunciaba anunciando que casi son casi 1000 los saniatarios muertos desde que comenzó la guerra, una cifra inasumible para una zona cada vez más necesitada.
Son casi 1.000 los sanitarios muertos desde el comienzo de la guerra
La “pasividad” del mundo occidental ante lo que está sucediendo en Siria, ensalza la labor de los médicos que trabajan en la zona y, que no se exagera al afirmar que día a día hacen milagros para “regalar” días de vida a los afectados.
El dato es demoledor, hablamos de los dos primeros meses del presente año; la OMS denunciaba que se habían producido 67 ataques contra personal e instalaciones sanitarias en Siria, una cifra que equivale casi a la mitad de los ataques se produjeron en el país asiático pero en todo el año 2017. Desde que comenzase el conflicto sirio en 2011, más de 300.000 personas han muerto, sin hacer distinciones entre hombres, mujeres, niños y bebés.
..Fotos: AFP