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El Consejo de la Asociación Médica Mundial (AMM) reunido en Riga (Letonia) dio la semana pasada el visto bueno a una propuesta de Declaración sobre pseudociencias, pseudoterapias, intrusismo y sectas sanitarias, presentada por la Organización Médica Colegial (OMC) ante su preocupación por el auge desproporcionado y los riesgos y consecuencias negativas de estas prácticas pueden ocasionar, y considerando que la AMM y sus Asociaciones nacionales y de la profesión médica deben conocer y ser conscientes de este problema y de sus repercusiones tanto a nivel sanitario como social pueden tener.
La propuesta ha sido presentada, ante los representantes de cada una de las seis regiones de la AMM integradas en su Consejo (África, Asia, Europa, América Latina, América del Norte y el Pacífico), por el Dr. Jerónimo Fernández Torrente, tesorero de la OMC y coordinador del Observatorio contra las pseudociencias, pseudoterapias, intrusismo y sectas sanitarias, y miembro de la delegación española que participa en la reunión de Riga, a la que también asiste el presidente de la corporación médica, Dr. Serafín Romero.
La importancia del tema es de tal magnitud que el Consejo de la AMM decidió que esta propuesta de Declaración se trasladase a todas las organizaciones médicas nacionales integradas en dicha Asociación para que puedan hacer las aportaciones oportunas al documento elaborado por la OMC.
La OMC considera que la propuesta de Declaración sobre pseudociencias y pseudoterapias constituye una oportunidad para reivindicar y poner en valor la Medicina basada en evidencias
Independientemente del abandono de un tratamiento médico, algunas pseudoterapias, por sí mismas, como recoge propuesta de la OMC, pueden tener efectos negativos sobre la salud, tales como daños económicos o morales en los pacientes; encarecimiento de los procesos; e intrusismo en la profesión médica, incluidas sectas, que habitualmente se las relaciona con este tipo de prácticas.
Además, la corporación médica española recuerda que la mayoría de los países no disponen de un marco regulatorio específico en este ámbito y donde éste existe, en muchos casos “no se cumple o es demasiado laxo o permisivo, lo que ha permitido la proliferación de las pseudoterapias”, representan así un grave peligro para la salud de los ciudadanos. La OMC considera, por tanto, que esta propuesta de Declaración sobre pseudociencias y pseudoterapias constituye una oportunidad para reivindicar y poner en valor la Medicina basada en evidencias, el método científico experimental y el conocimiento científico aplicado.
Recomendaciones de la OMC sobre pseudoterapias
En la propuesta presentada ante la AMM, la Organización Médica Colegial incluye ocho recomendaciones:
- El médico tiene el deber de prestar a todos los pacientes una atención médica de calidad humana y científica, ofreciendo el mejor tratamiento posible basado en la mejor evidencia científica. La Declaración de Ginebra de la AMM y el Código Internacional de Ética Médica deben ser referentes en éste sentido.
El médico debe emplear preferentemente procedimientos y prescribir fármacos cuya eficacia se haya demostrado científicamente
- El médico debe emplear preferentemente procedimientos y prescribir fármacos cuya eficacia se haya demostrado científicamente. No son éticas, entre otras, las prácticas inspiradas en el charlatanismo, carentes de base científica y que prometen a los enfermos la curación, o los procedimientos ilusorios o insuficientemente probados que se proponen como eficaces.
- El médico debe disponer de libertad de prescripción, respetando la evidencia científica y las indicaciones autorizadas de entre las mejores posibles y hacer partícipe a su paciente, por calidad y seguridad en la atención. El médico que ejerza y aplique técnicas o terapias no reconocidas legalmente ni avaladas por la comunidad científica tiene el deber de informar adecuadamente a sus pacientes y asumir todas las obligaciones legales, profesionales y deontológicas.
Los médicos deben saber que grupos de pacientes, como con cáncer, enfermedades psiquiátricas o patologías crónicas graves, y niños, son particularmente vulnerables a riesgos asociados con prácticas pseudocientíficas/pseudoterapeúticas
- Los médicos deben saber que algunos grupos de pacientes, como aquellos con cáncer, enfermedades psiquiátricas o patologías crónicas graves, y niños, son particularmente vulnerables a los riesgos asociados con las prácticas pseudocientíficas/pseudoterapeúticas no contrastadas con métodos de evidencia.
- La profesión médica necesita profundizar en aspectos como la relación médico–paciente, la comunicación personal y social, la confianza mutua y la humanización de la asistencia sanitaria centrada en la persona, con respeto a las decisiones y autonomía del paciente, para evitar su desviación hacia las pseudociencias y pseudoterapias.
Se necesitan políticas de los gobiernos que sean poco tolerantes con estas prácticas del entorno de las pseudoterapias/ pesudociencias, complementarias y/o alternativas y una implicación real de las Administraciones
- El intrusismo en la profesión médica, tras el preocupante aumento con el uso de las nuevas tecnologías, solo puede ser combatido con leyes. Para ello se necesitan políticas de los gobiernos que sean poco tolerantes con estas prácticas y una implicación real de las Administraciones. Es, asimismo, responsabilidad de las Administraciones y de las Asociaciones Médicas Nacionales (AMNs) denunciar aquellas pseudoterapias / pseudociencias que ponen en riesgo la salud pública de la población, así como la mala praxis, el fraude, publicidad engañosa y webs con contenidos de salud, no acreditadas, que se puedan considerar fraudulentas.
- Las AMM y las AMNs deben hacer frente especialmente a las pseudoterapias con alto componente sectario, así como las que puedan contener publicidad engañosa, las que utilizan productos no autorizados u otros productos sin fundamento. Todas ellas han de ser “expresamente excluidas” de cualquier circuito sanitario y de salud.
- Los Estados y autoridades competentes deben establecer disposiciones estrictas que protejan a los pacientes tratados con prácticas del entorno de las pseudoterapias/ pesudociencias, complementarias y/o alternativas.
