..Juan Pablo Ramírez. Director de iSanidad
Las grandes reformas que necesita el Sistema Nacional de Salud pasan en gran parte, si no todas, por la evaluación y la transparencia. La implantación de la medicina de precisión, el big data, la reducción de las listas de espera, la puesta en marcha de mecanismos para mejorar la equidad y el acceso a las innovaciones tecnológicas y terapéuticas las requieren… Incluso el registro de profesionales es una cuestión de transparencia. Nadie quiere compararse con su vecino. Todos sabemos que las comparaciones son odiosas y no conviene que un ciudadano se entere que la comunidad autónoma vecina financia determinado medicamento, practica tal técnica o simplemente obtiene mejores resultados en salud. Pero existe una doble vertiente. Me comentaba hace poco un gerente de hospital que tampoco conviene vender la imagen contraria. “Si nos va muy bien, nos pueden recortar el presupuesto”, decía.
Y en estos tiras y aflojas el sistema sanitario ha perdido la oportunidad única de reforma, de instalara verdaderas políticas de eficiencia. En estos años de crisis, los recortes han consistido en la no reposición de los profesionales jubilados y en la reducción de la factura farmacéutica. La sensación de crisis -me temo que no la crisis- se ha superado y las comunidades autónomas están cerca de regresar al nivel de gasto previo a la recesión. Prácticamente se han recuperado las plantillas o al menos el gasto en capítulo I, que ya supera la cifra de 2010. Eso sí. Nos ha quedado una mayor precariedad del empleo sanitario. Cada vez son menos los médicos y enfermeras que tienen una plaza fija.
Una vez que estamos a punto de recuperar el nivel de gasto resulta obvio que no se han llevado a cabo las reformas que necesitaba el sistema sanitario
Una vez que estamos a punto de recuperar el nivel de gasto resulta obvio que no eran las reformas que necesitaba el sistema sanitario. En 2017, las comunidades autónomas invirtieron en salud un 1,8% menos que en 2010. Si tenemos en cuenta que en los dos últimos años, el crecimiento ha estado por encima del 3,5% es fácil pensar que este año superaremos el gasto de la etapa precrisis, independientemente de que .la sanidad siga perdiendo peso en PIB. El gasto se recupera y nada ha cambiado. La transformación pasa por la medición de resultados y la comparación de experiencias.
La semana pasada durante la cuarta edición de las jornadas de Evaluación de Medicamentos representantes políticos de PP, PSOE y Podemos se lamentaban de la ausencia de datos transparentes. Las quejas provenían especialmente de José María Freire y Mónica García, portavoces de Sanidad de PSOE y Podemos en la Asamblea de Madrid, respectivamente. El auditorio, integrado principalmente por técnicos de las comunidades autónomas, respondían que la información existe. ¿Por qué no llega? Es necesario construir canales que permitan que fluyan los datos. Durante los próximos años la introducción de nuevos medicamentos y tecnologías de alto coste van a poner a prueba la sostenibilidad del sistema. En pleno Rubicón, no tendría sentido obviar la realización de análisis de vida real que nos permitan comprobar si las innovaciones lo son en realidad.