Comenzamos otra vez: Nuevo Ministerio

transición sanitari

..Dr. Francisco M Toquero de la Torre.
Una ministra nueva y comenzamos de nuevo las peticiones, de que nos gustaría que hiciera, una historia que se repite desgraciadamente muchas veces y con más asiduidad, pero no debemos de esperar grandes cosas, quizá ni medianas tampoco. La sanidad está transferida al 100% , y son las Comunidades Autónomas las responsables de este deterioro continuo que nos está haciendo bajar puestos aceleradamente en el ranking de las sistemas sanitarios mundiales de excelencia.

Decisiones del Gobierno Central para reducir ese déficit económico en el que ellos mismos nos han introducido, con derroches y gastos faraónicos y muchas veces superfluos cuando no inútiles. Declaraciones irresponsables y descaradas han exasperado a los ciudadanos una vez más: la crisis se ha superado, esa es su responsabilidad. Se basan en una serie de datos macroeconómicos de mercado que nada tienen que ver con las personas, con sus dramáticas realidades, con la pérdida de sus derechos y, lo que es aún peor, sus escasas expectativas de mejorar a corto plazo.

Las desigualdades sociales en general y las sanitarias en particular han aumentado en España de forma alarmante. Las clases medidas y trabajadoras han perdido poder adquisitivo o, directamente, han entrado en la pobreza. Incluso hemos llegado a la “perfección”, aun trabajando siguen en la inviabilidad sociofamiliar, se tiene trabajo y recursos económicos solo para sobrevivir, por sus bajos sueldos, malas condiciones y perspectivas laborales y la pérdida de sus derechos.

En unas regiones más que en otras y no digo nombres para no estigmatizar como siempre, estas circunstancias son así, pero en mucho mayor grado. El paro estructural se ha normalizado, no hay previsiones de desarrollo industrial, salvo el turismo, y la emigración vuelve a ser una dramática realidad en la región.

Lo que la sanidad necesita es reponer las plantillas

El sector público es el único alivio que pueden tener estos sectores empobrecidos. Sin embargo, la “decisión política” de pagar una deuda ilícita a costa de recortar al sector público de servicios vuelve a ensombrecer el panorama. La inmensa cantidad de millones de euros que gastó el estado para rescatar a la banca “obligaba” a recortar en sanidad, educación, protección social y liquidar la hucha de las pensiones. Un dato descorazonador, las ganancias de las entidades bancarias en el último año han batido récords mientras la ciudadanía se empobrece: los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres: “la desigualdad perfecta”.

La historia continua, no acaba aquí: se anuncia que el ligero aumento presupuestario en sanidad para el próximo año será destinado a nuevos conciertos con entidades privadas para aliviar transitoriamente las listas de espera y para inversiones en alta tecnología. En caso de que lo permitamos, esta nueva “decisión política” va a terminar estrangulando a la sanidad pública andaluza. Lo que se necesita es reponer las plantillas. Las inversiones que necesitan la educación pública y la protección social tampoco se producirán. Por eso, los que defendemos al sector público en la búsqueda de la lucha por los derechos humanos no podemos permanecer impasibles ante este escenario.

La sanidad pública tiene muy difícil resistir estas embestidas económicas El deterioro es un clamor entre la población, los profesionales o estamos al borde de nuestras posibilidades físicas y mentales o directamente vamos adoptando una actitud pasiva para sobrevivir. En cualquier caso, estamos muy preocupados por el hecho de que añadir más recortes en los próximos años liquidarán los logros alcanzados.

La tendencia de la población es bien clara. Los sectores que pueden, están complementando la sanidad pública con seguros privados. El crecimiento de la privada es espectacular. Además, los i/responsables sanitarios, bloqueados ante su propia impotencia, e ignorancia y pésima gestión no ven otra salida que las privatizaciones para aliviar las carencias asistenciales, o las externalizaciones, y en algunos casos hasta el cierre de las agendas para interrumpir las citas Los que no puedan asumir un nuevo “gasto sanitario” quedarán marginados en este proceso.

El deterioro de la sanidad pública es un clamor entre la población

Las administraciones autonómicas han estado durante años negando la realidad, con una consigna clara: aguantar los recortes, que parezca que no tienen repercusiones, sobrecargar a los profesionales que van quedando y “ya vendrán tiempos mejores”. Una de las consecuencias del deterioro sanitario es el aumento escandaloso de las listas de espera.la disminución de profesionales, la emigración de los recién egresados ¿Cuál es la solución? Está clara para los políticos, nuevos conciertos y decretos de garantía de tiempos de espera (pero con letra pequeña) para aliviar dichas listas y resistir otros añitos.

Las administraciones autonómicas han estado durante años negando la realidad, con una consigna clara: aguantar los recortes, que parezca que no tienen repercusiones, sobrecargar a los profesionales que van quedando y “ya vendrán tiempos mejores”

No existen respuestas ni desde el ámbito profesional ni sindical. Huérfanos de liderazgo y de ideas Los intentos institucionales de los defensores de “lo público” se pierden en el marasmo de los parlamentos, jornadas, actos y debates estériles y los ciudadanos se sienten abandonados.

Por estos motivos, la movilización social está siendo el único halo de esperanza para que esta dinámica cambie. Las asociaciones para la defensa de la sanidad pública se han comprometido con las mareas blancas y están intentando heroicamente detener esta masacre sanitaria. Son los ciudadanos los que  apoyan estos movimientos de protesta social, para hacer visible con la alarma una  reacción. Es necesaria ahora más que nunca que todas aquellas personas y organizaciones que defiendan el sector público y los derechos humanos se comprometan para llegar, no sólo a las calles, sino a los parlamentos para que “nuestros representantes” conozcan nuestras propuestas y se hagan conscientes de la realidad. La crisis no ha sido superada, nos referimos a la crisis social que han generado los recortes y las políticas austericidas.

Es hora  de defender el sistema sanitario público, el de toda la ciudadanía, para evitar que la salud sea una mercancía de intercambio para opciones políticas Es un derecho.

Basta Ya!!!!!!

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