La rinoplastia es una de las intervenciones de cirugía estética más demandadas por la sociedad, tanto en hombres como en mujeres. Ya en el 600 a.C. los médicos hindúes reparaban las lesiones de la nariz usando tejido de la frente, pero no fue hasta los años 50 cuando comenzó a utilizarse con fines estéticos. Lo que está claro es que es una operación que ha ido evolucionando para ofrecer técnicas más innovadoras y menos invasivas para el paciente, y buscando la máxima naturalidad en sus resultados con la recuperación más rápida, como es el caso de la Rinoplastia Ultrasónica, la más avanzada de este tipo de intervenciones.
La nariz es un órgano delicado que requiere ser tratado con instrumentos de precisión que respeten su integridad y, del mismo modo, que otras intervenciones han incorporado tecnología para mejorar sus resultados (micromotores, robots, navegadores, etc.), en rinoplastia era imprescindible pasar al siglo XXI y dejar de dañar tan bruscamente la nariz. “En las operaciones tradicionales se rompen los huesos faciales con un martillo y un escoplo, lo que genera mucho trauma, moratones e imprecisiones”, declara el Dr. Gustavo Sordo, cirujano plástico que opera en el hospital HLA Universitario Moncloa, a lo que añade que “ahora disponemos de una Unidad de Piezocirugía por Ultrasonidos o Bisturí Ultrasónico específico para operar la nariz, que nos permite trabajar sin dañar los tejidos y que ha supuesto una revolución en el campo de la rinoplastia”.
Esta técnica, que es la más avanzada de este tipo, permite corregir las deformidades de las estructuras óseas y cartilaginosas sin dañar los tejidos
Ver cómo queda el resultado antes de la intervención
La rinoplastia es la segunda operación más demandada en la consulta del profesional del HLA Moncloa tras el aumento de mamas, y es una cirugía que se realiza con el objetivo de mejorar tanto la parte respiratoria o ventilatoria del paciente, como la parte estética. “Estética y salud van de la mano en rinoplastia, para que una nariz respire bien tiene que verse bien, y para que se vea bien, tiene que funcionar internamente de forma correcta. En la rinoplastia moderna siempre se tiene en cuenta la parte funcional”, asegura el especialista.
Para asegurar los mejores resultados en la intervención se realiza un análisis previo en consulta, que incluye simulaciones por ordenador para poder visualizar y concretar exactamente qué se va a hacer en función de los deseos de cada persona. Dicho simulador permite hacer modificaciones estructurales en la forma, que posteriormente se le muestran al paciente. “Nosotros tenemos como filosofía de trabajo no hacer simulaciones de intervenciones que no podamos realizar, de manera que siempre se hacen de forma realista y buscando que el resultado final pueda ser visualizado con las modificaciones futuras”, explica el cirujano.
A pesar de que muchos pacientes acuden a consulta con una idea más o menos clara de lo que desean, el asesoramiento del médico donde se les explica en detalle qué zonas son las que se pueden mejorar, es una parte del proceso fundamental.
Sin moratones
En la rinoplastia tradicional se realizan fracturas de huesos provocando una reacción de los tejidos mucho más exagerada que ocasiona grandes moratones faciales que suelen durar unos 15 días. Por el contrario, con la técnica ultrasónica, tanto el traumatismo que se realiza a los tejidos como la aparición de moratones es nula, provocando que los plazos biológicos se puedan acortar bastante y el paciente puede reincorporarse mucho antes a su vida normal.
En esta intervención se utiliza anestesia general y requiere siempre de hospitalización, porque el paciente tiene que llevar tapones durante una noche. “Las personas que tienen trabajos sedentarios se reincorporan de manera casi inmediata en 48 horas. Otros que requieren de una mayor exposición al público esperan a que se retire el protector metálico para incorporarse en aproximadamente 7 u 8 días desde la intervención”, aclara el Dr. Sordo.
La rinoplastia es la segunda intervención más demandada en el quirófano del Dr. Gustavo Sordo, del HLA Universitario Moncloa
Después de la cirugía los pacientes deben seguir una serie de pautas para propiciar una pronta y completa recuperación. El cirujano les informa de cómo deben cuidar la férula, cómo deben mantener limpios los orificios nasales, cuándo deben colocarse las gafas, cuándo pueden realizar ejercicio físico intenso o qué alimentación llevar. “Antes de la operación hay que evitar tanto alimentos como fármacos que puedan provocar un mayor edema, una mayor inflamación, interferir con el acto quirúrgico o provoquen un mayor sangrado, como son algunos productos de herbolario, vitaminas o medicinas alternativas”, explica el profesional.
Hospital HLA Universitario Moncloa pone a disposición de sus pacientes, profesionales de amplia experiencia como el Dr. Sordo, que usan las técnicas más novedosas en sus sectores, ayudados por la tecnología de última generación de sus quirófanos, como el caso del Da Vinci, un sistema quirúrgico robótico que minimiza los riesgos y el postoperatorio en el paciente.