..Juan Pablo Ramírez.
..Cristina Cebrián (Fotografía y vídeo).
El empleo se ha convertido en una de las principales de la Organización Médica Colegial. Los médicos ya han solicitado una reunión con la nueva ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, con el fin de plantearle el problema de la precariedad laboral. Otras cuestiones estarán encima de la mesa como ha explicado en una entrevista a iSanidad. Lo mejor de la Sanidad, el presidente de la OMC, el Dr Serafín Romero. Agresiones, formación o numerus clausus son algunas de las prioridades.
Empieza un nuevo curso político, ¿cuáles son las principales preocupaciones de la Organización Médica Colegial?
En este inicio de curso. Es un nuevo curso en todos los aspectos porque tenemos un cambio inesperado en la máxima responsabilidad del m misterio. Las prioridades no difieren mucho de las que dejamos antes de irnos en verano. Son las mismas que en julio estuvimos comentando con la ministra Carmen Montón, aunque ahora en breve en un encuentro que esperamos tener con la nueva ministra volveremos a repetir. Vamos a mantener nuestra apuesta por nuestro modelo sanitario. Creemos que no hay mejor escenario que nuestro modelo, con todos los cambios que se producen de tipo asistencial. , pero hay que seguir manteniendo la esencia del modelo. Llevamos priorizando desde hace un año y medio que ha llegado el modelo de atender a los profesionales sanitarios en general y de los médicos en particular. No solamente conlleva un gran pacto nacional para acabar con la precariedad en el empleo y la recuperación de la estabilidad, sino que debe haber también políticas de desarrollo profesional, políticas que incentiven el buen quehacer del médico, y la investigación. Dentro estos temas profesionales hay grandes cosas sin hacer.
Sigue sin haber un registro de profesionales y esto estaba previsto en el pacto con el Gobierno de Mariano Rajoy y con la ministra de Sanidad, Ana Mato. Priorizamos tener un registro de profesionales para poder aplicar políticas de recursos humanos ante un escenario demográfico que conlleva la jubilación en los próximos 10 años de 62.000 médicos, producto de tener puertas abiertas en las facultades de medicina hasta un crecimiento que no podía absorber el sistema de formación MIR. En aquella época se presentaban 20 o 21.000 personas para 1.800 plazas.
Priorizamos tener un registro de profesionales para poder aplicar políticas de recursos humanos ante un escenario demográfico que conlleva la jubilación en los próximos 10 años de 62.000 médicos
Esto lo consideramos esencial, se han dado pasos, pero no podemos plantear políticas de recursos humanos si no saben qué profesionales vamos necesitar y dónde. La profesión médica viene demandando un entorno de desarrollo profesional que recoja ese bagaje del médico a largo de su vida, lo que se ha llamado el desarrollo profesional continuo, que suma formación médica continuada, investigación y, cómo no, también el compromiso y cumplimiento con el deber de deontología que está muy enraizado con la política que desde la OMC hemos emprendido con la idea de que el médico renueve periódicamente su colegiación, en ese proceso que se denomina validación periódica colegial, un proceso de garantías hacia el ciudadano de que quien le atiende renueva sus credenciales, actualiza su situación profesional por su especialidad y que también da un paso adelante para probar que no tiene un problema de salud y que no tiene un expediente abierto. Esto va unido a ese desarrollo profesional que es el título mediante el cual la autoridad sanitaria pone ese sello al profesional médico que es el que le va a ser reconocido en Europa, según el decreto del Parlamento Europeo de cualificaciones profesionales. Esto no puede esperar tampoco mucho más. Nos preocupa el continuo formativo. Tiene diferentes aristas que afecta a una profesión que sufre tres grandes cribas para llegar a ejercer la medicina.
¿Cuáles son estas cribas?
La primera es la entrada en la universidad. Estamos muy preocupados con el número creciente de facultades de medicina que de forma indiscriminada, y más por intereses y geográficos, están desarrollándose en nuestro país. No es normal que seamos el segundo país del mundo con más facultades de medicina por habitante. Una vez superado esta prueba para entrar, con una nota verdaderamente de master del universo, nos encontramos con un problema de profesorado. Los criterios de la ANECA está más pendiente de los trabajos y de la investigación que lo que es el desarrollo asistencial. Esto conlleva hoy y también mañana un problema grave para formar en la clínica a nuestros médicos. El segundo escollo es la prueba MIR que va a necesitar algún cambio, especialmente la adaptación de plazas a las necesidades de profesionales. Existe un problema de falta de profesionales hoy. No vamos a solucionar de momento nada con más facultades de medicina cuando se van a necesitar 10 años hasta que salga un médico con la especialidad necesaria.
Está claro que tenemos que adaptar la oferta formativa de especialidades a las necesidades reales del sistema, con lo cual es muy importante que pidamos un aumento en el número de plazas MIR y adaptemos las unidades docentes para que la calidad no se pierda. El tercero es la toma de decisión sobre dónde va a ejercer.Todo sabemos las condiciones laborales emanadas de la crisis que ha provocado el deterioro del sistema de contratación y ha abocado a los profesionales a explorar horizontes fuera de España para el ejercicio de la profesión. Es muy importante que pensemos cómo va a ser la formación del médico de hoy y llegamos tarde. Todavía no hemos acabado el diseño de la troncalidad que ni está ni se le espera. Seguimos formando médicos con la formación de antes sin saber cuál va a ser las perspectivas. Muchos problemas comentados en tiempo y forma de manera reiterada y que seguimos Ministerio tras Ministerio sin tener realmente una apuesta decidida.
Es muy importante que pensemos cómo va a ser la formación del médico de hoy y llegamos tarde
Seguimos sin registro de profesionales y hay en marcha un gran número de OPE. ¿Se está trabajando por impulso o se está intentando cubrir las necesidades que hay ahora mismo?
Generalmente lo que está haciendo con estas OPE, con las que las comunidades autónomas están haciendo un esfuerzo para recobrar la situación de partida, es cubrir las vacantes y las necesidades. Algunas OPE se hacen eternas y aún están por resolverse desde hace dos años en algunos territorios. Hay un movimiento importante para romper lo que se llama la eventualidad. Esta eventualidad ha llegado a porcentajes del 35% y eso hace insostenible el buen ejercicio profesional al no fidelizar al médico en el entorno de trabajo. Cuando hemos presentado el estudio de la situación médica, hemos visto que muchos profesionales 11 o 14 destinos al año y esto supone que un ciudadano paciente ha tenido que tratar con 11 o 14 caras nuevas. Esto no se puede sostener porque rompe la calidad de entornos aistenciales como primaria pero también otros donde esa relación médico-paciente es esencial. Por razones médicas es algo que hay que solventar.
Tenemos también la gran OPE nacional. Hacienda ha dado a las comunidades la oportunidad de que amplíen este número de plazas por encima de la dramática y nociva tasa de reposición que se ha hecho en un entorno como el sanitario que se tenía que haber afrontado de otra forma. Esto permite a las comunidades no solo cubrir la necesidad sino plantearse el hecho histórico de hacer una gran oposición para fidelizar al máximo de profesionales que tenían esa eventualidad o interinidad que provocan inestabilidad.
Las comunidades hablan de reducir la eventualidad al 8%. ¿Es una cifra razonable o debería ser más baja?
El objetivo ideal sería que la eventualidad fuera del 0%. Para eso sería importante que estas OPE autonómicas o incluso nacionales fueran más ágiles. Tenemos un problema crónico en nuestro sistema sanitario, que es la forma en que enfocamos todo el proceso selectivo de pruebas, que se eternizan excesivamente. Eso hace que entremos en un bucle que hace que lo que debería ser cada año, de forma arbitraria, parecido al sistema MIR, un examen sobre las plazas que tuviéramos. Esto haría que nos acercáramos al 1 o 2% de eventualidad para temas puntuales. Estas cifras de eventualidad son las que teníamos antes de la crisis, en 2009 y son las ideales. Lo que quedaría eventual son temas puntuales muy concretos. El gran objetivo sería que no hubiera eventualidad, pero consideramos que sería un gran avance que en un plazo corto, que para nosotros es hoy y no mañana, la eventualidad de España bajara al 8%, eso sería aceptable. Y a partir de ahí, hacer un gran esfuerzo colectivo para que estas OPE fueran de carácter anual, que fueran ágiles y realmente resolvieran los problemas adaptándose a las necesidades, porque lo que puede ser una necesidad en dos o tres años, en los tres años siguientes puede dejar de serlo. Esto lo hemos visto en cómo se distribuyen la predilección de ciertos médicos a la hora de escoger ciertas especialidades, que en algunos momentos iba muy unida al escenario laboral que tenían.
Sobre el tema de las agresiones firmaron un acuerdo con el Ministerio del Interior, ¿Cómo está funcionando esta colaboración con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado?
Ha habido un gran avance, fue de los hechos más importantes en esta lucha continua con la lacra de las agresiones en el ámbito sanitario. Está funcionando bastante bien, especialmente porque los cuerpos de seguridad del Estado, al tener normas a nivel nacional, actúan de forma coordinada y con los mismos objetivos en todos los sitios. La adaptación al nivel del entorno asistencial en 17 entornos asistenciales diferentes hace que en uno y otro lado, esa coordinación necesaria avance de forma desigual, pero está funcionando bien. Hay un gran trabajo por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad para catalogar, registrar y analizar si se estaban cumpliendo las medidas de seguridad que ya se debían de tener algunos centros asistenciales, se está favoreciendo el entorno de la prevención, se ha mejorado la comunicación en entornos concretos asistenciales a la hora de recabar políticas comunes. En este caso podemos sentirnos satisfechos de cómo va evolucionando.
Se está favoreciendo el entorno de la prevención, se ha mejorado la comunicación en entornos concretos asistenciales a la hora de recabar políticas comunes contra las agresiones
La apertura de nuevas facultades y el incremento de alumnos depende más del Ministerio de Universidades. ¿Han tenido oportunidad de hablar de este tema con el nuevo ministro o hablan con Sanidad y es Sanidad quien lo transmite?
En la profesión médica hay dos etapas: la educación, que es todo el entorno del grado, y que entendemos que el interlocutor es el antiguo Ministerio de Educación, ahora el Ministerio de Ciencia. Hemos solicitado una reunión al nuevo ministro y estamos a la espera de tenerla. Es muy importante que esa peculiaridad de los sanitarios se entienda desde el Ministerio de Educación y es importante también que los ministerios se entiendan entre ellos. Es importante que los criterios de la ANECA no sean solo criterios de mobiliario, tienen que tener el ‘input’ de las políticas necesarias de recursos humanos para no seguir creciendo hasta el infinito. En el entorno de los sanitarios el tener una facultad de medicina para 100 médicos, salvo que te busques entornos hospitalarios coexistiendo con público-privado, no creo que sea lo más oportuno. En este entorno es importante tener masa crítica para formar pero también masa de profesorado que es difícil tener cuando creamos muchas para muy pocos. Es muy importante que de esto se impregne el Ministerio de Ciencia, que se impregne de la problemática que vienen clamando en el desierto los decanos sobre estos criterios de cualidad que tiene que tener el profesorado y que está haciendo un daño impresionante en el grado al haber una desbandada porque no reúnen esos requisitos de grandes clínicos, que en este caso hacen el papel, que desde la medicina es esencial, no solamente el formativo, sino el de maestro. Es prioritario que Educación tenga ese encuentro con el Foro de la Profesión Médica y con decanos y estudiantes.
Estamos revirtiendo hacia dónde tienen que ir las políticas, hemos estado muy centrados en el Ministerio de Sanidad, y está claro que deberíamos hablar más con el Ministerio de Hacienda, esencial para muchas políticas, incluidas las de recursos humanos. Y cómo no con el de ciencia, porque supone una parte importantísima como es el grado de Medicina.
Hemos estado muy centrados en el Ministerio de Sanidad, y está claro que deberíamos hablar más con el Ministerio de Hacienda, esencial para muchas políticas, incluidas las de recursos humanos
En cuanto al número de plazas MIR, este año hemos tenido un incremento fuerte, del 4%. ¿Hasta qué nivel sería recomendable llegar?
La cifra de egresados en las facultades ronda los 7.000. Lo ideal en España, donde además está determinado que para ejercer hay que tener una especialidad, es adaptar el número de plazas al número de egresados. En un momento determinado se planteó que teníamos que llegar a 7.000 egresados para poder hacer frente a las jubilaciones que se preveían. Yo no sé si necesitamos 7.000 o 6.500 u 8.000, es algo que tendremos que valorar, pero lo que está claro es que el número de plazas formativas se tiene que adaptar al número que sale. Si no vamos a crear un número de médicos que va a ir creciendo de forma anual y que nos va a recordar mucho a épocas pasadas, cuando al no existir ese control de entrada en las facultades de medicina, salían muchos para muy poco. Esto está generando bolsas de empleo que posiblemente vamos a tener que reconducir o escenarios que son una vuelta atrás en un país que está en Europa y que ha demostrado que su sistema formativo es de excelencia. No debemos permitir que ninguno de los que salga no tenga la oportunidad.
Otra cosa es que en un momento determinado algunos no opten por el número a la especialidad que les sale y esperen a otro año, eso es lo que hace que en algún momento se presenten 13.000, porque no son los 7.000 que salen; son los 7.000 más los mil y pico que han decidido no coger ninguna plaza, más el cupo del 4% de extranjeros que tenemos por convenio con otros países, porque muchos estudiantes europeos quieren hacer el MIR en España. Eso es lo que hace un número de 13.000, pero desde hace dos o tres años estamos empezando a crear una bolsa de médicos que ya no es una decisión personal la de querer volver a presentarse otro año, es que no han podido sacar plaza porque se quedan fuera. Esto nos preocupa mucho; que se pueda crear una bolsa de médicos sin titulación y sin poder ejercer. Ésta no debe ser la solución. Es muy importante que el número de plazas MIR se adapte a la necesidad concreta y no solo por la cantidad, sino ¿cuántas vamos a necesitar de pediatra? Es una de las especialidades con mayor envejecimiento. ¿Cuántas de familia? Otra de las especialidades con envejecimiento. O si realmente necesitamos seguir teniendo el mismo número en otras especialidades en las que el avance de la tecnología hace que se necesiten menos. Esto es lo que realmente necesitamos.
Se está hablando mucho de dos nuevas especialidades: infecciosas y urgencias. ¿Qué criterio tiene la OMC?
Entre las funciones de la OMC hay una clara –otra cosa es que la podamos ejercer porque el Gobierno de España nos deje margen- que es ordenar y regular la profesión. La palabra idónea para nuestra situación sería corregular, y corregular es que por lo menos seamos oídos. El entorno de la creación de nuevas especialidades, algo difícil, porque hay que encajar entornos asistenciales y adaptarlos, se hace habitualmente en base a que haya un cuerpo doctrinal suficiente, haya también una necesidad de dar estos espacios y conlleva tiempo de reflexión y de puesta en común de diferentes versiones profesionales. Nunca se debe hacer con carácter político exclusivamente sino valorando y repercutiendo en cómo va a afectar a la asistencia en un futuro, y qué costes va a tener. La OMC en su momento, en un acuerdo de Asamblea hace 5 años, planteó apostar por la creación de la especialidad de Medicina de Urgencia por diferentes connotaciones: porque en el entorno europeo había una corriente para ello, porque hay un entorno asistencial cada día más desarrollado…A día de hoy, mientras no cambie ese acuerdo sí que lo hemos decidido. En cambio no se ha planteado igual con el entorno de infecciosas, en ese entorno todavía hay mucho que debatir, por lo que hemos hablado con la Sociedad de Medicina Interna, pero estaremos al tanto de comentarlo. En ningún momento hemos recibido ningún input para plantear este debate desde el punto de vista del Ministerio. Hay que tomar decisiones sosegadas, pero es verdad que a día de hoy tenemos un acuerdo en el cual sí se valoró la creación de la especialidad de Medicina de Urgencia.
Entre las funciones de la OMC hay una clara –otra cosa es que la podamos ejercer porque el Gobierno de España nos deje margen- que es ordenar y regular la profesión
Se habla mucho de la reforma de Atención Primaria. ¿Es lógico que un médico de familia –considerando la puerta de entrada al sistema sanitario- tenga un 70% de tareas administrativas?
Esto es una preocupación de todos, pero no acabamos de buscar ese escenario para hacer cosas que hagan cambiar. Hay un tema primordial en la Atención Primaria; este es un sector de puerta de entrada, o el sector mediocampista, aquel que distribuye el juego. Su papel es distribuir a lo largo del sistema: una parte se puede quedar, otra pasa a estar mejor situado, y sobre todo tiene una parte de integralidad, que es mucho mejor cuando se está en el medio campo. Adolece de dos o tres cosas: de presupuesto, no podemos plantearnos ser esa puerta de entrada si estamos jugando con una media del 15%. Si somos tan importantes, si vamos a resolver tanto, esto sale muy barato, tendremos que ver si a este precio se puede seguir aumentando su capacidad resolutiva, que por cierto, está por descubrir. Otra parte es darle su rol de dirigir al paciente ciudadano en el entorno de todos los sistemas, ser solo la puerta de entrada es muy relativo, además tradicionalmente la puerta de entrada que utilizan otros niveles asistenciales que en el ámbito privado no utiliza la medicina de familia. Donde ese paciente más informado puede tomar decisiones como “al final voy a ir para un hecho administrativo que me autorice que me vea un oftalmólogo porque he perdido la visión de un ojo”. Esto hay que cambiarlo, y pronto.
A parte de las experiencias en alguna comunidad autónoma, como por ejemplo en Andalucía, donde se ha planteado un escenario nuevo, en algunas cosas vuelve al cupo médico enfermero en acción colaborativa, lógicamente hay que hacer un esfuerzo más no sé si solo para la reforma de la Atención Primaria o si hay que cambiarlo entero, porque estamos en el año en el que estamos, hay muchos profesionales en el entorno del ejercicio de la Atención Primaria y habrá que redefinir las competencias de cada uno. Ahora, tener un médico 6 años de grado, 4 años de especialidad para hacer tareas administrativas es una pérdida de oportunidad impresionante porque la capacidad y el talento que tiene un médico de familia hoy en día está muy desaprovechado.
La OMS ha publicado una serie de modificaciones sobre el intercambio de medicamentos. ¿Qué opinión le merece a la OMC?
La OMC ha dejado siempre un claro mensaje de que en el entorno del medicamento nuestras dos banderas son claras: una es la libertad de prescripción del médico con responsabilidad, no basta simplemente con que pueda hacer lo que quiera sino que, si en su momento tiene que justificarlo, lo haga. Vamos a defender la libertad de prescripción por delante de cualquier otro tema. La segunda es que nos preocupa la seguridad del paciente. En el entorno de los biosimilares que está bastante regulado, y así debe ser en España, el intercambio, que es a lo que se ha referido FACME, tiene que hacerse en las condiciones de seguridad, y esto es muy importante. Cualquier cosa que pueda afectar a esta seguridad basada en esta libertad de prescripción razonada y responsable la vamos a denunciar. Vamos a darle una vuelta, también desde el punto de vista jurídico, a esa nueva fórmula que FACME ha sacado, y si vemos que está afectando a este tema seremos los primeros que de la mano iremos con ellos. Una tercera parte que también es muy importante: nosotros vamos a apostar por los biosimilares, lo hemos dicho claramente. Lo mismo que en su momento apostamos por los genéricos, porque nos da la sostenibilidad del sistema sanitario. Lo lógico es que seamos eficientes, pero con niveles de calidad y efectividad de los medicamentos.
Nosotros vamos a apostar por los biosimilares, lo hemos dicho claramente
¿Han tenido oportunidad de conocer a la nueva ministra? ¿Qué opinión le merece?
Cuando cambió el Gobierno, planteamos que la llegada de la ministra Montón suponía algo que de alguna forma veníamos reclamando; que entrara alguien, sobre todo para una legislatura que ni sabíamos, ni sabemos qué duración va a tener, pero no va a ser muy larga, porque lo máximo podrá ser de dos años, entendíamos que tenía que entrar alguien que conociera el sector. Empezar de nuevo en un ministerio de las características del Ministerio de Sanidad es complejo. Con este cambio, que ha sido por otros motivos, no nos cabe ninguna duda de que la persona que ha entrado es una gran conocedora del sistema sanitario, lo ha vivido desde hace mucho tiempo en diferentes puestos y tiene una serie de ideas con las que posiblemente vamos a confluir. Así que de entrada lo hemos visto bien. Sí que habíamos tenido alguna de previa pero en un tiempo corto porque el cambio de ejecutiva del PSOE no tiene tanto tiempo, y sí hemos tenido en algunos temas puntuales que nos afectaban sí he tenido la oportunidad de mantener algún encuentro con la actual ministra, y es una persona que se puede dialogar francamente con ella y hablar de todo.
El presidente pedro Sánchez hablaba de la reforma de la Constitución y avanzaba otras medidas, una de ellas la eutanasia. La OMC siempre se ha opuesto a su aplicación. ¿Qué medidas se pueden tomar? ¿Cómo se puede dialogar en este tema?
La OMC, así también lo ha definido en una declaración en una de nuestras asambleas este año, entiende que sobre el tema de la Ley de la Eutanasia hay un debate social, que tiene connotaciones desde lo político, pero también desde lo médico y desde lo ético. Esencialmente es un debate social que periódicamente retomamos. La OMC, basada en nuestros códigos propios de deontología ha hecho importantes avances ante cómo se tenía que abordar la situación de una persona que se encuentra al final de la vida, o en una situación de gran dificultad, y hemos planteado claramente en nuestro código que no es buena praxis lo que duramente se llama encarnizamiento terapéutico o el sobreesfuerzo terapéutico, y hemos valorado que entornos como la propia sedación paliativa era buena praxis, porque lógicamente no se podía sostener que alguien en un momento final tuviera sufrimiento innecesario. Pero también hemos dejado claro que el médico en su ejercicio no podrá facilitar la muerte de ningún paciente ni aunque el mismo se lo pidiera.
Hemos dejado claro que el médico en su ejercicio no podrá facilitar la muerte de ningún paciente ni aunque el mismo se lo pidiera
Con lo cual, ¿cuál es la postura de la OMC? De entrada, con respecto al debate de la eutanasia, anteponer nuestro código y marcar que el médico no va a procurar la muerte de nadie ni aunque se lo pida. Eso no significa que va a tolerar el sufrimiento. Pero ha habido, de alguna forma, un posicionamiento claro en estos años e inclusive una demanda clara, y es que antes de entrar en el debate de la eutanasia, que es social y muy poliédrico, con muchas intervenciones y en cual van a tener que estar los médicos, deberíamos garantizar que en España hubiera una equidad en la atención al final de la vida en la que el desarrollo de los cuidados paliativos o de la atención al final de la vida fuera el más idóneo, y que en esos entornos de leyes de garantías hubiera una gran ley nacional con el soporte económico necesario y el desarrollo necesario. Nosotros pedimos además que se enmarcara en entornos relacionados con otras legislaciones para que la ayuda a alguien que se encuentra en una fase terminal no le llegue cuando ya se ha muerto, o bien, que el familiar cuidador pueda disponer de un tiempo para cuidar a este paciente. Esto es lo que nos gustaría que se estuviera hablando, porque esto es de hoy. Hoy mismo hay datos desde cuidados paliativos, se calcula que de los cerca de 400.000 personas que mueren en España, 70.000 van a tener algún tipo de padecimiento de dolor o disnea, que no estamos controlando bien por una falta de desarrollo en este tema.
Por eso no es que nos preocupe que haya un debate social sobre la eutanasia, que al final, legislativamente saldrá de aquí y nuestro código dice que si hay una ley nosotros no podremos sancionar a ningún médico, si está cumpliendo con la ley, pero nos preocupa que ese debate se haya antepuesto al más necesario. Aunque podrían ir por vías paralelas. Antes que sacar el tema de la eutanasia, sería muy necesario, y esto sí que lo pide la sociedad y lo piden los médicos, dar respuesta a tantos y tantos ciudadanos que no están siendo atendidos en las mejores condiciones que se merecen en un periodo como es el final de la vida.