..Dr. Juan Antonio Trigueros Carrero. Coordinador del Grupo de Patología Respiratoria de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG)
Respire, no respire. Con esas palabras solicitamos a nuestros pacientes ayuda en la exploración física y valoración de enfermedades respiratorias o cardíacas. Hoy pueden ser el resumen de la situación que en relación a la EPOC vivimos en el entorno de la Atención Primaria.
Tenemos luces y sombras, ilusión e incertidumbres. Por un lado, comprobamos con ilusión como la población recibe cada vez con más interés las informaciones que le ayudan a conservar o mejorar su salud, entienden el mensaje antitabaco y admiten las limitaciones obligadas que traen consigo los niveles de contaminación. Los médicos comprobamos cómo las actividades formativas de sociedades y entidades se reflejan en una mejor capacitación profesional. La calidad asistencial de los pacientes afectados por esta enfermedad crónica de gran impacto en morbimortalidad y gasto de recursos ha mejorado ostensiblemente en los últimos años.
La calidad asistencial de los pacientes afectados por esta enfermedad crónica de gran impacto en morbimortalidad y gasto de recursos ha mejorado ostensiblemente en los últimos años
Pero también tenemos preocupaciones. La población no acaba de entender el acrónimo EPOC a pesar de los esfuerzos de divulgación realizados. El diagnóstico de la enfermedad es la asignatura pendiente y el infradiagnóstico que conocemos por recientes estudios epidemiológicos realizados en nuestro país, aún en marcha, hace que la situación sea de emergencia. No podemos asumir que casi 9 de cada 10 mujeres que padecen la enfermedad aún no estén diagnosticadas. Éstas y otras terribles cifras deben hacernos reflexionar. Nuevas medidas deben ser establecidas para evitar esta situación. En ellas debemos estar todos comprometidos: población, médicos, enfermería, entidades públicas y privadas y, por supuesto, administraciones sanitarias. Deberíamos hacer un análisis profundo, evitar la autocomplacencia y el corporativismo y responsablemente proponer acciones conjuntas, universales, evaluables y sostenibles que nos ayuden a mejorar.
El diagnóstico de la enfermedad es la asignatura pendiente y el infradiagnóstico que conocemos por recientes estudios epidemiológicos realizados en nuestro país, aún en marcha, hace que la situación sea de emergencia
Otros problemas también nos preocupan. La sobrecarga asistencial, la limitación de pruebas complementarias, las trabas burocráticas para acceder a medicaciones, etc. No debemos olvidar que aunque la gravedad de la enfermedad determina los recursos empleados y los sectores médicos implicados, los pacientes SIEMPRE están atendidos por su médico de cabecera.
El diagnóstico, la continuidad asistencial, las agudizaciones, las comorbilidades, son fundamentales en el curso clínico de la enfermedad y en su pronóstico y en esto, la clave está en Atención Primaria.