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Detectar la ansiedad oculta y la depresión en niños pequeños que padecen una de cada cinco desde la edad preescolar, y es que eso es lo que permite un wearable desarrollado por investigadores de la Universidad de Vermont (Estados Unidos).
El trabajo, del que se ha hecho eco la revista Plos One, como explica uno de los autores, Ryan McGinnis, “debido a la magnitud del problema, esto requiere una tecnología de detección para identificar a los niños con la suficiente antelación para que puedan recibir la atención que necesitan”.
En concreto, el equipo utilizó una “tarea de inducción del estado de ánimo”, un método de investigación común diseñado para provocar comportamientos y sentimientos específicos como la ansiedad, indica McGinnis que, se unió a Ellen McGinnis, psicóloga clínica, y ambos científicos en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Michigan para crear esta herramienta.
El equipo usó un sensor de movimiento portátil para controlar el movimiento de un niño y un algoritmo de aprendizaje automático para analizar su movimiento que distingue entre los niños con ansiedad o depresión y los que no
Los investigadores evaluaron a 63 niños, algunos de los cuales se sabía que tenían trastornos en el estado anímico. El equipo empleó un sensor de movimiento portátil para controlar el movimiento de un niño y un algoritmo de aprendizaje automático para analizar su movimiento que distingue entre los niños con ansiedad o depresión y los que no. Tras procesar los datos de movimiento, el algoritmo identificó diferencias en la forma en que se movieron los dos grupos que podrían usarse para separarlos, identificando así a los niños que sufrían trastornos con 81% de precisión, mejor que el cuestionario estándar para padres. “Algo que normalmente hacemos con semanas de entrenamiento y meses de codificación se puede hacer en unos minutos con estos instrumentos”, explica la investigadora, y es que el algoritmo necesita solamente 20 segundos de datos de la fase de anticipación para tomar su decisión.
Esta investigación abre la puerta al uso de la tecnología para niños que necesitan ayuda psicológica
El siguiente paso será refinar el algoritmo y desarrollar pruebas adicionales para analizar datos de voz y otra información que permita a la tecnología diferenciar entre ansiedad y depresión. El objetivo final de esta investigación es desarrollar una batería de evaluaciones que puedan usarse tanto en escuelas como en consultas médicas para evaluar a los niños como parte de sus evaluaciones rutinarias de desarrollo.
Como concluyen los investigadores, la relevancia del trabajo para la comunidad psicológica es grande, y es que abre la puerta al empleo de una tecnología que ayude a detectar a aquellos niños que se beneficiarían de una mayor ayuda desde el punto de vista psicológico.
Con 322 millones de personas afectadas, la depresión en el mundo es la mayor causa de mala salud y de discapacidad
La depresión, con 322 millones de personas afectadas es la mayor causa de mala salud y de discapacidad en el mundo. Para la economía mundial supone un costo de 1 billón de dólares anuales, calculados en función de los gastos sanitarios que genera, la pérdida de productividad por el ausentismo laboral, y de potencial cuando los afectados son niños o jóvenes.
En España alrededor de 2,4 millones de personas están diagnosticadas de depresión mayor pero, de éstas, se calcula que solo el 28% sigue correctamente el tratamiento prescrito por su médico.