..Antonio Burgueño Jerez.
En estas fechas se encuentra en fase alegaciones públicas el proyecto de decreto de la Comunidad de Madrid con el fin de establecer requisitos para mejorar la seguridad del paciente en centros y servicios sanitarios de la Comunidad de Madrid. Me gusta la iniciativa. Tiene sentido que mediante una norma jurídica se obligue a los centros sanitarios a algo que ya vienen realizando, de manera más o menos organizada, desde hace tiempo: gestionar la seguridad del paciente.
Es obligación del Gobierno garantizar la buena prestación sanitaria a sus ciudadanos en todos los casos
Y que en Madrid se realice en todos los centros, con independencia de la dependencia funcional o titularidad, no debe de extrañarnos y es de aplaudir, toda vez que la Ley de Ordenación Sanitaria de la Comunidad de Madrid, aboga por la Red Sanitaria Única, y la misma atiende a pacientes públicos y privados en un amplio marco de hospitales privados. Y porque es obligación del Gobierno garantizar la buena prestación sanitaria a sus ciudadanos en todos los casos. Porque es cierto que, si bien la idiosincrasia varia de lo público a privado, lo que hay que hacer es lo mismo en todos los casos. Luego ¿el cómo? depende de la realidad de cada cual.
Es fundamental que la atención sanitaria se realice en un marco de seguridad, lo que no evitará todos los errores, pero muchos sí
No es una idea novedosa. En Francia ya ocurre, y en el País Vasco también. Y es que es fundamental que la atención sanitaria se realice en un marco de seguridad, lo que no evitará todos los errores, pero muchos sí, y más a medida que las organizaciones avancen en la curva de aprendizaje.
Y, ¿qué propone en concreto el decreto? que se realice un plan y que se aplique (habrá que acreditar su implementación efectiva), que se pongan responsables y se dé participación a través de una comisión, en resumen, cosas básicas y fundamentales que son algunas de las claves de una buena gestión de la seguridad del paciente, junto a una cultura propicia a la seguridad del paciente, que es la base del desarrollo de la gestión de riesgos. Y otras cuestiones como el liderazgo, que lo aborda de alguna manera al abogar por la participación de los directivos, la comunicación entre profesionales, la comunicación con el paciente…etc, que no aborda el decreto, como es lógico, toda vez que el mismo no es una “guía metodológica”. Sin embargo, sí toca otro palo fundamental que es la formación adecuada de los profesionales.
La pregunta es ¿quién va a supervisar dicha implementación o de qué manera se va a controlar el efectivo cumplimiento del decreto?
Otro aspecto que me gusta del decreto es que aboga por la evaluación de la efectiva implementación del mismo, de manera evidenciable, que no sea un mero documento que meramente “cubra el expediente”. La pregunta es ¿quién va a supervisar dicha implementación o de qué manera se va a controlar el efectivo cumplimiento del decreto? Si será mediante la presentación documental o una inspección aleatoria, ambas cosas, u otras que se planteen. Nos lo irán despejando.
Y con ánimo de que no sea todo halagos, y sin cuestionar mi congratulación por la iniciativa, el decreto entra muy en detalle de los programas a desarrollar (cirugía y anestesia, urgencias y emergencias, pacientes críticos, obstetricia y ginecología, pediatría, salud mental, radiación ionizante, cuidados y técnicas de enfermería, entornos de especial riesgo en atención primaria, uso seguro del medicamento, infecciones relacionada con la asistencia, higiene de manos, atención al dolor). Adolece esta posición de que obvia cuestiones criticas como es la continuidad asistencial, por abordar la seguridad del programa en áreas o programas concretos, y no bajo el prisma del proceso paciente.
Por ser un poco más críticos, le falta tocar un tema fundamental: la seguridad de la tecnología, de las infraestructuras y de los sistemas de información
No es un mero juego de palabras, pues cuestiones tan criticas como es el diagnostico a tiempo depende de una concatenación de servicios/áreas y tal vez instituciones que con la visión que se plantea no se aborda.
Y por ser un poco más críticos, le falta tocar un tema fundamental: la seguridad de la tecnología, de las infraestructuras y de los sistemas de información. En un mundo conectado, la ciberseguridad es un aspecto crítico, y un problema de seguridad en este campo puede generar un caos importante, con epicentro en la seguridad del paciente.
Por tanto, en conjunto, una buena iniciativa, un buen planteamiento con algunas cuestiones “afinables”, y alguna otra que confieso que no logro entender. Textualmente: “El plan de seguridad del paciente deberá considerar las diferentes necesidades de mujeres y hombres, así como los colectivos de especial riesgo, en función del contenido del programa”.