..Elena Santa María.
La Fundación Ramón Areces y Springer Nature han organizado el ciclo de conferencias ‘Inteligencia artificial aplicada a la Biomedicina. Lo que nos depara el futuro’, en el que participan expertos en distintos campos que trabajan en el entorno de la Inteligencia Artificial. La editora ejecutiva de Nature Research, Erika Pastrana, que ha moderado la jornada, ha asegurado que “estudios recientes han demostrado la utilidad de aplicar inteligencia artificial para el diagnóstico de distintas enfermedades como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y las retinopatías”. De hecho, la FDA ha aprobado el uso de la inteligencia artificial en varios campos de la medicina.
Uno de estos estudios es el que ha presentado la Dra. Kara L. Davis, del departamento de pediatría del Centro Bass del Instituto de Investigación de Salud y del cáncer y leucemias infantiles de la Universidad de Stanford. Los resultados muestran que la inteligencia artificial ayudó a predecir la probabilidad de recaída en pacientes con leucemia infantil y contribuyó a diseñar tratamientos más eficaces para esta enfermedad. “El uso del machine learning nos ha ayudado a establecer para el caso de la leucemia qué población celular es la más importante, tanto para entender biológicamente la enfermedad, como para dilucidar las dianas terapéuticas a las que dirigir el tratamiento”.
La inteligencia artificial ayudó a predecir la probabilidad de recaída en pacientes con leucemia infantil y contribuyó a diseñar tratamientos más eficaces para esta enfermedad
José Hernández-Orallo, catedrático del departamento de sistemas informáticos y computación de la Universidad Politécnica de Valencia, ha explicado que “la Biomedicina es un ámbito donde se dan ciertas características propicias para la aplicación de la inteligencia artificial y la ciencia de datos”. No obstante -ha alertado- esto conlleva un riesgo, que sería caer en una “monitorización excesiva”, ya que la única limitación será “si los seres humanos queremos que algunas tareas no las asuman las máquinas”. Respecto a la inteligencia humana augura un cambio de paradigma “veremos la inteligencia humana como un caso particular en una diversidad de tipos de inteligencia que se crean artificialmente. La inteligencia humana dejará de ser la medida de las demás”.
Evidentemente esto supone un desafío en muchos ámbitos, especialmente en el campo de la ética. El director del laboratorio de inteligencia artificial Alpha Health de Telefónica, Tarek Besold, ha señalado que los aspectos más importantes para que una inteligencia artificial sea ética son la privacidad y el control de los datos del usuario. “En sectores como la salud y el bienestar la confianza de los usuarios en los sistemas de inteligencia artificial es clave”, ha apuntado.
Veremos la inteligencia humana como un caso particular en una diversidad de tipos de inteligencia que se crean artificialmente. La inteligencia humana dejará de ser la medida de las demás
Por su parte, la Dra. Jamie Paik, directora del laboratorio de Robótica Reconfigurable de la École Polytechnique Fédérale de Lausanne, ha presentado algunos avances en el campo de la robótica flexible, centrado en desarrollar interfaces de máquina-humano con distintas aplicaciones en el campo de la salud.