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Una mayor apuesta por la innovación aumentaría la eficacia y la calidad de los tratamientos de oncología pediátrica. Así lo asegura Lug Healthcare Technology, compañía española especializada en el desarrollo de soluciones tecnológicas para el ámbito sanitario, que destaca que la tasa de errores disminuye en un 50% tras la implantación de programas de vigilancia en la prescripción y administración de quimioterapia en niños, a tenor de los resultados de un estudio estadounidense realizado en 2013.
En la misma línea, un informe de 2017 afirma que el porcentaje de errores que alcanzaron al paciente se redujo de un 3,8% a un 1,9% tras la implementación de innovación, lo que pone de manifiesto la importancia de adoptar soluciones tecnológicas para optimizar las prácticas en los tratamientos destinados a la población infantil que padece esta patología.
De hecho, los errores de medicación en pacientes pediátricos son más frecuentes que en adultos, donde la tasa de incidencia se sitúa en un 17%. Pero, además, el riesgo de que estas equivocaciones tengan efectos adversos es hasta tres veces mayor en el caso de los más pequeños, siendo los niños menores de 4-5 años y, en particular, los neonatos quienes presentan una mayor tasa de prevalencia, según el Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos ISMP-España.
El riesgo de que estas equivocaciones tengan efectos adversos en los más pequeños es hasta tres veces mayor que en el caso de los adultos
Las incidencias en oncología pediátrica ocurren en todas las etapas, aunque la mayoría de los estudios detectan un mayor porcentaje en las fases de la prescripción y la administración. En concreto, las equivocaciones más comunes son aquellas derivadas del uso de dosis inadecuadas (22,9%), la gestión de los tiempos (22,6%), los errores de omisión (14,1%) y una incorrecta administración de los medicamentos (12,4%).
Las incidencias más comunes en los tratamientos de cáncer infantil son aquellas derivadas de la administración de dosis inadecuadas (22,9%) o la gestión de los tiempos (22,6%)
A ello se suma que la posibilidad de negligencia puede aumentar cuando la quimioterapia se realiza por vía oral. Esto es debido a que en la etapa de administración gran parte de los fármacos no están disponibles en formato líquido y las pastillas, al ser cortadas o machacadas en jarabes, son más susceptibles de ser rechazadas por vómitos.
José Manuel Álvarez, consejero delegado de Lug HT, señala que el uso de metodologías basadas en la automatización ayuda a reducir el riesgo de incidencias en todos los procesos destinos al paciente. “La utilización de herramientas tecnológicas mejora la trazabilidad y el control de los fármacos, evita la repetición de ciclos y, en consecuencia, aumenta la calidad, seguridad y eficacia de los tratamientos dirigidos a los pacientes de oncología pediátrica”, asevera.