..María Vargas. Directora de Relaciones Institucioanles de iSanidad
Cuando volvía a casa a horas más o menos tardías, me solía encontrar una luz procedente del despacho que hacía las veces de guía en mi recorrido desde el pasillo hasta mi habitación. Durante esa corta travesía doméstica, frecuentemente de puntillas para conseguir que mi reciente llegada pasara inadvertida para el resto de miembros de la familia, siempre hacía una leve parada en esa sala, tintineante de luz y de la que salía un leve rumor a ordenador y a escritura. Entre las pilas de libros que hacían a modo de barrera entre el espacio mundano y el personal, una cabeza siempre se alzaba acompañada de una sonrisa risueña y de unos cansados ojos rojos subrayados por unos fieles surcos marrones.
La vocación médica como forma de perseverancia, sacrificio, tenacidad y excelencia
La vocación médica como forma de perseverancia, sacrificio, tenacidad y excelencia. El seguir apostando por la profesión que uno ha decidido con sus guardias infinitas, consultas exigentes, temporalidad laboral, falta de reconocimiento, dedicación de tiempo personal para la formación y la mejora continua, y la creación de vínculos con pacientes y sus respectivas enfermedades tratables en diferente grado.
En un acto realizado recientemente por la Fundación Pfizer denominado la “Creatividad en constante evolución”, se habló mucho de la figura del genio y de qué manera este, representante de la genialidad, hacía uso de esa creatividad. Los ponentes llegaron a una conclusión: sin pasión es difícil ser creativo y, por ende, genio. La capacidad de inventiva, de ir un paso más allá de lo establecido, de ver las cosas “out of the box” o fuera de nosotros mismos eran cualidades que los ponentes asociaban a esta figura de genio, siempre acentuadas por el sacrificio y la constante escapatoria de la comodidad.
Estamos viviendo momentos convulsos en el ámbito político que están poniendo a prueba la capacidad para la gestión de la incertidumbre de muchos de nuestros médicos
Estamos viviendo momentos convulsos en el ámbito político que están poniendo a prueba la capacidad para la gestión de la incertidumbre de muchos de nuestros médicos. Profesionales que, a pesar del signo político gobernante, siguen levantándose y encontrándose con sus pacientes; los que a fin de mes siguen percibiendo entre un 45% y 60% menos de salario que los médicos franceses, y alemanes y británicos, respectivamente; los que no han nacido con un pan bajo el brazo sino con una marabunta de papers y artículos científicos; los que no saben cuándo podrán presentar a su casero un contrato indefinido; y los que, dentro de poco, culminarán su trayectoria profesional con la jubilación y dejarán huérfanos a tantos otros médicos jóvenes y pacientes, pero que, hasta el último día, siguen estudiando, investigando y sin faltar a su puesto de trabajo.
Tenemos verdaderos genios entre nosotros, perseverantes de la profesión médica
Tenemos verdaderos genios entre nosotros, perseverantes de la profesión médica que todavía mantienen la llama viva de la vocación, a pesar de que sus ojos progresivamente se vuelven más rojos, pero eso sí, todavía llenos de pasión por la elección de vida tomada.