..Cristina Cebrián.
Mejorar la adherencia y el control del uso de medicamentos es uno de los objetivos de la receta electrónica privada. Este sistema en el que trabajan médicos, farmacéuticos y sanidad privada, pone el foco en la seguridad del paciente. Un aspecto fundamental que destaca Raquel Martínez, secretaria general del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF). Durante un coloquio organizado por iSanidad, Martínez destacó diversas razones por las que este proyecto “va a suponer un hito para la sanidad”.
Una de esas razones es el control del uso de medicamentos. “Desde la farmacia comunitaria vamos a poder llevar un mejor control del uso de medicamentos”, señaló Raquel Martínez. En este sentido, la seguridad que se aportará al paciente es clave. “No solo por la comodidad que supone y que ya estamos viendo con la receta electrónica pública. Aquí cerramos ese círculo”, añadió la secretaria general del CGCOF.
Raquel Martínez (CGCOF): “Desde la farmacia comunitaria vamos a poder llevar un mejor control del uso de medicamentos”
Por otro lado, el sistema de receta electrónica privada se ha desarrollado bajo un consenso entre las partes implicadas. Desde los prescriptores y dispensadores, hasta los agentes de la sanidad privada como la Fundación IDIS. Otro de los hitos que destacó Martínez fue que la iniciativa “nace de la sociedad civil”, ya que “es algo muy importante”. De hecho, recordó que “tanto la farmacia comunitaria como la sanidad privada siempre trabajamos para darle mejor atención al paciente. El sistema surge también desde este espíritu”.
Evitar las dobles dispensaciones
El coloquio también contó con la participación de José María Rodríguez, secretario general de la Organización Médica Colegial (OMC). Los profesionales médicos son otro de los grandes beneficiados de este sistema. De hecho, Rodríguez destacó la importancia de la colaboración público-privada entre profesionales. Algo que también beneficia tanto a pacientes como al Sistema Nacional de Salud (SNS). “En España hay nueve millones habitantes que utilizan los recursos de la medicina privada. De una forma o de otra está descargando al propio sistema de un gasto”, explicó Rodríguez.
J.M. Rodríguez (OMC): “Si un paciente acude primero al sistema privado y después al público, evitaremos las dobles dispensaciones”
Así, gracias a la interoperabilidad de la receta electrónica privada, los médicos accederán a toda la información de prescripción del paciente. “Es muy importante que, si uno acude a la medicina privada pueda decirle a su médico qué prescripciones puede tener en el sistema público y al contrario. Es decir, si un paciente ha acudido primero al sistema privado y después acude al público, evitaremos las dobles dispensaciones”.
Desde el ámbito privado, Adolfo Fernández-Valmayor, secretario general de la Fundación IDIS, explicó el grado de implantación de este proyecto. “Hemos desarrollado ya las especificaciones técnicas para poder establecer todas las conexiones del sistema. También hemos hecho ya alguna prueba”.
Durante las pruebas a las que se refiere Fernández-Valmayor, se han prescrito y dispensado con éxito medicamentos desde una farmacia. Tras esto, el secretario general de la Fundación IDIS, explicó cuáles son los siguientes pasos. “Ahora estamos preparando un piloto que está desarrollando MUFACE. La mutualidad lo tiene incluido en su plan estratégico y se lanzará en el mes de julio”, aclaró.
Fernández-Valmayor (IDIS): “El Ministerio de Sanidad podría ayudarnos enmarcando algún tipo de normativa, de plazos, que hoy no existen”
Los siguientes pasos del proyecto serán extenderlo y llegar a una realidad única. Para lograrlo, Fernández-Valmayor considera que “va a faltar tiempo porque dependerá de quién lo dinamice”. En este sentido, explicó que los dinamizadores pueden ser las mutualidades, ya que “si lo ponen en su sistema arrastrará al resto”.
El Ministerio de Sanidad también fue protagonista del coloquio ya que los participantes reclamaron más atención por parte de este. En palabras de Fernández-Valmayor, “podría ayudarnos enmarcando algún tipo de normativa, de plazos, que hoy no existen. Si no, acabará siendo el propio paciente el que nos lo demande y el que nos obligue a ello”, concluyó.