..Elena Santa María.
Una dieta variada debería ser suficiente para cubrir las necesidades nutricionales de nuestro organismo. Pero en algunos casos, bien por padecer ciertas enfermedades, por trastornos en la alimentación o digestión, o por unos malos hábitos alimenticios, puede producirse una falta de ciertos nutrientes. Para estos casos, existen los complementos alimenticios, “preparados en polvo para reconstruir con agua, caldo o leche, o en forma de purés o en forma líquida, que pueden ayudarnos a alcanzar las necesidades nutricionales”, explica la Dra. Emilia Cancer, miembro del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición. “Los complementos nutricionales son beneficiosos si están bien indicados”, señala la Dra. Guadalupe Blay Cortés, responsable del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
En cualquier caso, los complementos alimenticios no se consideran medicamentos sino alimentos. Y, por tanto, están regulados como tal. Además de regirse por la normativa de alimentación general de la Unión Europea, también existe una norma específica europea, la Directiva 2002/467CE. Y una española, el Real Decreto 1487/2009.
La trazabilidad es fundamental a la hora de garantizar la calidad y seguridad de los complementos alimenticios
En este sentido, la trazabilidad es fundamental a la hora de garantizar la calidad y seguridad de estos productos. De hecho, según la Asociación de las Empresas de Dietéticos y Complementos Alimenticios (Afepadi), “es un deber de todos los actores que participan en la cadena alimentaria”. La federación considera que “un sistema de trazabilidad permite conocer todos los pasos por los que pasa un alimento, desde su etapa de producción a la de transformación y distribución; y seguirle el rastro hasta que llega a manos del consumidor”.
La implantación de sistemas de trazabilidad es uno de los compromisos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), lo que facilita el control de procesos y gestión dentro de la empresa. También sirve para mejorar la protección de la salud; ya que contribuye a asegurar la calidad y certificación del producto.
Asimismo, la Dra. Cancer señala que la fase del etiquetado es muy importante, puesto que garantiza a médicos y consumidores la calidad del producto. “Deben llevar una etiqueta que informe adecuadamente sobre el valor energético y la composición de nutrientes por cada 100g”. La legislación establece que en la etiqueta debe figurar “Complemento alimenticio” con el nombre del nutriente o sustancia que incorpora; la lista de ingredientes en orden decreciente; la indicación de los ingredientes que pueden provocar alergias o intolerancias alimentarias; la cantidad neta y fecha de consumo preferente; la identificación del lote; las condiciones de conservación; la identificación de la empresa responsable y el modo de empleo.
Es obligatorio además que aparezca una advertencia de no superar la dosis diaria recomendada
Es obligatorio además que aparezca una advertencia de no superar la dosis diaria recomendada. Así como la afirmación de que los complementos alimenticios no deben utilizarse como sustitutos de una dieta equilibrada. De hecho, indica la Dra. Blay, “uno de los problemas que pueden tener los complementos nutricionales es el uso indiscriminado”.
Afepedi advierte de que “está totalmente prohibido utilizar declaraciones que hagan referencia al tratamiento, curación o prevención de enfermedades o dolencias”. Aunque sí existe la posibilidad de hacer una declaración relativa a la reducción de un factor de riesgo de enfermedad. Esta opción requiere de una evaluación caso a caso por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Desde el proceso de desarrollo del producto hasta su puesta a la venta se producen distintos controles de calidad de acuerdo con determinados estándares. Los estándares internacionales más utilizados que certifican y acreditan la calidad son: Certificación ISO 9001: Norma de Gestión de Calidad. Certificación ISO 14001: Norma de Gestión Medioambiental. Certificación ISO 22000: Norma de Seguridad Alimentaria.