La injustificación de los visados a medicamentos Javier Palicio. Pdte. de FENAER

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..Javier Palicio. Presidente de la Federación Española de Asociaciones de Pacientes Alérgicos y con Enfermedades Respiratorias (FENAER).
Creo firmemente que la existencia de visado en algunos medicamentos es ofensivo. En primer lugar, para el propio profesional que lo receta, ya que solo él conoce la verdadera necesidad y conveniencia de recetar un medicamento concreto. Además, le añade una serie de tareas burocráticas que ralentizan su práctica clínica: el informe para que la solicitud del visado sea evaluada por la administración tiene que ser escrito por él.

Asimismo, el visado supone una afrenta para el paciente que recibe la receta del medicamento. Para conseguirlo, debe estar gestionando una serie de trámites totalmente innecesarios y absurdos, y que suponen un coste.

Por todo ello, no se puede justificar el visado como una medida de ahorro. La inspección debería preocuparse de controlar a aquellos facultativos que no sigan las normas de recetar los medicamentos necesarios y convenientes.

Los anticoagulantes, por ejemplo, ahorran controles muy frecuentes y, por tanto, mejoran el efecto del tratamiento y la calidad de vida del pacient

Esto sería aplicable a todo tipo de visados sobre un medicamentos. El medicamento, una vez aprobado, no debería encontrar ninguna traba para su dispensación. Además, esta medida, inoperante y que supone un fastidio para médicos y pacientes, generalmente es causada por administradores incompetentes que no saben evaluar debidamente los beneficios de los medicamentos y los ahorros futuros entre los que se debería cuantificar la mejora de la calidad de vida del paciente. Ahorrar no siempre es gastar menos, sino ser más eficientes. Los resultados nos darán la razón en poco tiempo y veremos los verdaderos ahorros.

Los anticoagulantes, por ejemplo, ahorran controles muy frecuentes y, por tanto, mejoran el efecto del tratamiento y la calidad de vida del paciente. Por supuesto también ahorran el gasto en laboratorio e infraestructuras de control.

Otro ejemplo son los biológicos, los cuales bien indicados pueden ahorrar gastos y mejorar claramente la calidad de vida del paciente. El que debe saber cuándo y cuál está indicado será siempre el médico y no creo que la inspección lo haga mejor. Y si así fuera, debería ser esta la que lo recetase.

No tiene  sentido empecinarse en la inmovilidad para retrasar los avances que la técnica nos proporciona

Qué decir de la reciente dificultad a la triple terapia. Es lo mismo, pero en un dispositivo único que aporta los mismos principios activos, disminuye el número de administraciones al día y cuya efectividad se ha demostrado (por eso se ha aprobado por la agencia del medicamento). Cuál sería la justificación, me pregunto, de dicho visado. ¿Quizás un capricho administrativo? No es entendible cuando el medicamento mejora la adherencia de los pacientes, disminuye gastos al SNS al evitar las exacerbaciones, y facilita al paciente su tratamiento diario con una sola toma.  Se mejora, por tanto, su calidad de vida, fin último de toda terapia, y se conseguirá un ahorro muy importante de recursos y dinero a la par.

Para qué seguir dando ejemplos. Espero que nuestros administradores empiecen a mirar un poco más lejos que las puntas de sus zapatos y que la economía se plantee con criterios muy serios y con mirada al futuro. No tiene ningún sentido empecinarse en la inmovilidad para retrasar los avances que la técnica nos proporciona. Utilicémoslos pronto que siempre será más rentable.

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