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El 14 de septiembre, se conmemora el Día Mundial de la dermatitis atópica (DA). Una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que cursa con prurito intenso (picor) y se puede asociar con lesiones cutáneas y heridas. Su origen se encuentra en una inflamación en el organismo, que puede estar provocada por la hiperactividad del sistema inmunitario. En función de la edad, su morfología y distribución corporal puede variar.
En la mayoría de los casos, es una patología que aparece durante los primeros cinco años de vida (71%) y son pocos los que empiezan a manifestar la enfermedad a partir de los siete años (24%). Por su temprana aparición, la actividad cotidiana de los niños se ve mermada afectando a su rutina diaria o a su integración con otros niños de su edad. Hablamos de una patología que no solamente es causante de absentismo escolar, sino también laboral por parte de los padres, ya que un 22% de los padres de los pacientes faltarán una media de entre 9-17 días/año a su trabajo. Asimismo, entre los pacientes adultos se produjo una media de 2,7 días/año de absentismo laboral a causa de los síntomas.
La prevalencia de la dermatitis atópica en España se estima en un 3,4% de la población general, del cual el 60% de los casos son infantiles
En palabras de la Dra. Milagros Lázaro, presidenta del Comité de Alergia Cutánea de la Sociedad Española de Alergia e Inmunología Clínica (SEAIC), “la dermatitis atópica es una enfermedad crónica incurable que, debido a sus síntomas, puede afectar significativamente a la calidad de vida de los pacientes. Además, esta afección puede provocar efectos psicológicos negativos hasta en el 50% de los pacientes, tales como alteraciones del sueño, ansiedad, depresión o aislamiento”.
La prevalencia de la dermatitis atópica en España se estima en un 3,4% de la población general, del cual el 60% de los casos son infantiles, destacando que en el 19,1% de estos casos se produce en niños de 0 a 5 años. “Es esencial para los pacientes que padecen dermatitis atópica, para sus familiares y para toda la comunidad sanitaria que se conozca esta enfermedad, qué complicaciones pueden surgir y cómo tratarla”, añade la doctora Lázaro.
Por su parte, Jaime Llaneza, presidente de la Asociación de Afectados por la Dermatitis Atópica (AADA), considera que “vivir con DA es vivir con un picor constante que no te deja disfrutar con normalidad de cosas más sencillas y cotidianas”..
Los primeros síntomas se producen en la infancia
Tal y como indica la Dra. Milagros Lázaro, es una enfermedad “que afecta hasta alrededor del 15-20% de los niños; se mantiene en muchos casos hasta más allá de la adolescencia. Algunos pacientes continúan con esta enfermedad activa en la edad adulta; lo que afecta a su vida laboral y social considerablemente”.
Controlar mejor la dermatitis puede ser una forma de detener la “marcha atópica”; un grupo de comorbilidades que se observan en los pacientes; y que van desde la alergia de alimentos, la rinitis alérgica y el asma. “En este sentido, se está estudiando si interviniendo sobre la dermatitis se previenen las demás, pero es una vía que se debe intentar”, apunta la alergóloga.
La DA es una enfermedad multifactorial. En ella el tratamiento debe dirigirse a mejorar la barrera cutánea, evitar la deshidratación y tratar la inflamación en las fases agudas de la enfermedad. Generalmente, se aplican corticosteroides tópicos o inhibidores de la calcineurina. Al respecto, en cuanto a tratamientos tópicos se han producido novedades y hay otros fármacos en fases avanzadas de investigación. La alergóloga destaca que “los casos más graves exigen recurrir a tratamiento por vía sistémica administrando fármacos denominados inmunosupresores, no carentes de efectos adversos. En este campo, disponemos de un futuro prometedor, con la incorporación de los llamados medicamentos `biológicos´”, concluye la especialista.