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El Comité para una Vida sin Dolor, que cuenta con unos meses de vida y cuyo objetivo es mejorar el conocimiento y abordaje del dolor, acercándose a toda la sociedad, se presentó en el reciente II Congreso Nacional Médico & Farmacéutico de Semergen y Sefac a través de su presidente, el Dr. Pedro Juan Ibor, coordinador del Grupo de Trabajo Dolor de Semergen y vicepresidente primero del Colegio Oficial de Médicos de Valencia. Ibor explicó las novedades en el abordaje del dolor crónico a médicos de familia y farmacéuticos, la puerta de entrada de los pacientes con dolor en el sistema sanitario. Hasta el 70% de los problemas de la patología del dolor se tratan y se resuelven en la atención primaria, donde el Dr. Ibor cree que aún queda mucho camino por recorrer.
¿Qué novedades y aportaciones hay en el tratamiento del dolor crónico que puedan ayudar a farmacéuticos y médicos de primaria en su práctica diaria?
Desde el punto de vista científico hay dos temas que hemos querido tratar. Por un lado, la parte conceptual del dolor. Hemos planteado el avance conceptual que supone el dolor nociplástico. Es el que se da en enfermedades que no estaban bien tipificadas, como la fibromialgia, el colon irritable e incluso la artrosis de rodilla, que tiene un dolor crónico cuando no hay patología o lesiones. Hablamos de casos clínicos con dolor, muy frecuentes, que no encuadran dentro del dolor clásico. Por eso es importante este nuevo concepto de dolor nociplástico.
“El dolor nociplástico supone un avance conceptual. Es el que se da en enfermedades que no estaban bien tipificadas, como la fibromialgia”
Por otro lado, hemos querido ver qué hay de nuevo en tratamientos farmacológicos y hacer hincapié en los tratamientos no farmacológicos. Nuevas fórmulas químicas no hay, lo último que se introdujo fueron los coadyuvantes del dolor, pregabalina y la gabapentina fundamentalmente. Pero eso hace 15 años. Sin embargo, sí hay mejoras de lo que ya teníamos. Hablamos de fármacos que provocan menos efectos secundarios. Han mejorado formulaciones, presentaciones y asociaciones de fármacos dedicados a la analgesia para minimizar, en muchas ocasiones, los efectos secundarios. Además, tiene una posología más fácil, que se ajusta más a las necesidades del paciente y mejoran la adherencia.
También queremos transmitir, y esto es lo más importante, que el dolor es una cosa de todos, tienen que estar implicados multidisciplinarmente todos los agentes relacionados. En atención primaria tienen que estar farmacéuticos, médicos, psicólogos, fisioterapeutas y trabajadores sociales.
“El dolor crónico es cosa de todos. En atención primaria tienen que estar farmacéuticos, médicos, psicólogos, fisioterapeutas y trabajadores sociales”
¿Se trata bien el dolor a día de hoy desde la atención primaria?
Se trata bien, pero siempre se puede mejorar. Hace 70 años uno iba a un hospital y había gritos. Hoy eso no ocurre porque el dolor agudo se trata. El reto en la actualidad es tratar bien el dolor crónico que provoca discapacidad y alteraciones de la función. Eso no se está tratando bien. Nos queda mucho camino por recorrer para que el paciente con dolor crónico, además de no tenerlo, pueda llevar una vida cotidiana y laboral normal.
¿Qué es lo que no se hace bien ahora?
Hay que tener en cuenta que hablamos de pacientes con dolor crónico y ahí hay muchos factores. El dolor crónico muchas veces va unido al envejecimiento, y cada vez hay más gente mayor que vive sola. Ahí necesitan entrar otros agentes derivados de la Administración para que, por ejemplo, se tomen la medicación, para que haya una obediencia terapéutica, etc.
“Nos queda mucho camino por recorrer para que el paciente con dolor crónico pueda llevar una vida cotidiana y laboral normal”
Recuperar una función no es solo cuestión de un médico. Quizá el paciente necesita psicoterapia, recordemos que el dolor se define como una experiencia desagradable, los factores emocionales intervienen en el dolor. Si en un paciente se detecta que hay problemas psicológicos u otras circunstancias sociales, tiene que haber una buena comunicación con el psicólogo o con servicios sociales. Y de esto hay poco y no está coordinado.
¿Qué importancia tiene la empatía en el abordaje del dolor crónico?
Hay que tener empatía siempre, con pacientes con dolor o con pacientes con diabetes, por ejemplo. En este caso es más, porque estamos hablando de un sentimiento. El dolor es una experiencia, tenemos conciencia de ella y no puedes valorar solamente el dolor físico, sino los moduladores de ese dolor físico porque la carga emocional mejora. Ante el mismo evento, un dolor con alguna carga emocional tiene más percepción del dolor que sin esa carga.
“Si se detecta que hay problemas psicológicos u otras circunstancias sociales, tiene que haber comunicación con el psicólogo o con servicios sociales. Y de esto hay poco”
¿Qué papel tiene que tomar el farmacéutico?
Es uno de los lugares de entrada de la atención primaria, es muy de proximidad. Su papel, dentro de los tratamientos del dolor no farmacológicos tiene mucho recorrido. Prevención, promoción, consejos que son muy importantes. En el dolor agudo juega un papel ante síntomas menores con fármacos de no prescripción médica. Pero si en dos o tres días el paciente no está mejor, lo debe derivar al médico.
En cuanto a su papel en la cronicidad, es aún más importante. Ahí hace el seguimiento de ese tratamiento y las medidas preventivas son muy importantes. Prevención mediante consejos dietéticos, de ejercicio, etc. Pero también seguimiento desde el punto de vista farmacológico de los tratamientos. En pacientes con dolor intenso se utilizan fármacos opioides que pueden traer complicaciones, efectos secundarios, riesgos de adicción, dependencia, sobredosis, síndrome de abstinencia, etc. El farmacéutico puede detectar alguno de estos problemas y derivar al paciente, de manera precoz, al médico.
“Queda mucho camino por recorrer para que haya una buena comunicación entre médico y farmacéutico en el tratamiento del dolor crónico”
¿Hay comunicación entre médico y farmacéutico?
En eso queda mucho por recorrer. Para que haya una buena comunicación la Administración debe implicarse porque todo lo que generas con buena voluntad tiende al fracaso. Además, que yo tenga buena comunicación con la farmacia más cercana al final genera inequidad; mis pacientes tendrán un servicio que otros no tienen. Y el principio de la sanidad pública es la equidad.
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