Los test rápidos de diagnóstico llegan después de tres semanas de estado alarma

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..Juan Pablo Ramírez. Director de iSanidad.
Después de tres semanas de estado de alarma y confinamiento, llegan por fin los test rápidos. Una larga odisea que deja muchas dudas sobre la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez y del Ministerio de Sanidad. Las nuevas pruebas diagnósticas tienen una fiabilidad del 80% en pacientes con síntomas tras siete días de infección y de un 64% en población que acaba de iniciar síntomas. A día de hoy resulta imposible cribar a esa población asintomática capaz de transmitir este virus que tanto daño ha hecho a la población más vulnerable.

Pero incluso estos datos que no son los mejores generan más incertidumbre todavía. La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) advertía en un comunicado reciente que la sensibilidad de dichos test no supera el 50%. Es decir, el Ministerio de Sanidad ha desembolsado una cantidad muy importante de dinero en unos test que no sabemos si nos van a servir. La situación es grave, más si pensamos que Sanidad ya tuvo que devolver un primer lote tras comprobar que la sensibilidad de los primeros test adquiridos no era superior al 30%. La compra estuvo envuelta de polémica desde el primer momento. China denunció que los test se habían comprado a una empresa sin licencia, mientras el Ministerio aseguraba que contaban con el marcado CE.

Después de tres semanas de estado de alarma y confinamiento, llegan por fin los test rápidos

Y la gran pregunta es, ¿habríamos tenido que prolongar por dos veces el estado de alarma después de haber contado con unos test rápidos y eficaces desde el primer momento? Quizás no. Detectar a la población asintomática y aislarla era clave para detener al virus. Ante la ausencia de estas pruebas diagnósticas, no nos ha quedado más remedio que el confinamiento. Pero nos lo tendrán que decir los expertos. No ahora, cuando acabe esta crisis que nos ha costado más de 12.400 muertes ya.

Lo cierto es que la Organización Mundial de la Salud y su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, lo venían advirtiendo desde el primer momento. “Test, test, test”, como la única forma de romper la cadena de transmisión. Así lo hizo Corea del Sur, el mejor ejemplo de una gestión sanitaria eficaz. Veremos si le funciona a Alemania. Estas declaraciones Adhanom Ghebreyesus en concreto eran del 18 de marzo. En aquel momento, el Ministerio de Sanidad, como mando único, intentaba adquirir estos test de diagnóstico rápido. Y hasta ahora que se han empezado a distribuir, tras una compra fallida de por medio.

¿Habríamos tenido que prolongar por dos veces el estado de alarma después de haber contado con unos test rápidos y eficaces desde el primer momento?

En aquel momento la filial de Pharmamar, Genómica, ya producía su test de diagnóstico de Covid-19, pero no ha sido hasta el 30 de marzo cuando el Gobierno llegó a un acuerdo de compra en todo el mundo. Quizás el problema es la falta de recursos y hemos tenido que comprar unos test de una calidad dudosa porque no podíamos permitirnos más. Con la última crisis económica, perdimos una oportunidad única para reorganizar nuestro sistema sanitario y desinvertir en aquello que no sirve. En cambio, los principales recortes fueron en personal, en medicamentos y en I+D. La crisis del Covid-19 no ha dejado claro que escogimos el camino equivocado.

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