La Generalitat está matando la sanidad catalana

La política de recortes de Artur Mas en la sanidad catalana está generando unas enormes turbulencias por la utilización de los recursos económicos de forma más partidista que efectiva. Mientras por un lado hay una política de recortes y de gestos a los médicos y al resto de la sanidad, por otro se acaban de conceder 600.00 € a varias clínicas abortistas. Por un lado se pide un recorte de los ingresos a los médicos pero por otro lado se mantienen los cuantiosos gastos que suponen las embajadas catalanas en diversos países como gasto de representación y por otro se

El proyecto de dejar en “stand by” a algunos hospitales durante cinco días laborables al año, que en ciertos establecimientos hospitalarios trabajen, para ahorrar, como si fuera un festivo, unido al parón que sufrió la actividad quirúrgica durante los meses de verano o que toda Lérida se quede sin oftalmólogo durante un fin de semana, son hechos irrefutables a los que se pueden unir dos casos más: el de una paciente en las urgencias del Sant Pau falleciera por falta de ambulancias o el peregrinaje de otra que tras buscar asistencia en cuatro hospitales muriera a causa de un aneurisma, son una muestra de lo que, casi de forma continua, está sucediendo en Cataluña. Una Comunidad donde lo que verdaderamente está enferma es la Sanidad, que está pidiendo a gritos – lleva demandándolo hace muchos meses- un auténtico tratamiento de choque que evite, como medida más inmediata, la repetición de la huelga que un  número nada desdeñable de profesionales hizo días atrás, concentrándose en las puertas de determinados hospitales. Actitud que, según la Generalitat, dio lugar a que dejaran de atenderse a cerca de 20.000 pacientes.

El Presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín ha manifestado públicamente que “la huelga no es lo más deseable”. Esta afirmación tan cierta debería ir apoyada de alguna propuesta porque los poderes públicos no están aportando soluciones para evitar que los profesionales de la Sanidad traspasen la peligrosa línea roja de la conciencia o la paciencia. La petición que se hace es devolver los presupuestos de salud vuelvan al nivel de 2010 y que dejen sin efecto, porque racionalmente puede hacerse, esa anunciada rebaja de 1.000 millones de euros. Entre otras cosas hay que evitar por todos los medios que las listas de espera sigan aumentando – las últimas noticias sitúan este dato en un incremento del 24% respecto a las del año pasado-, porque con la tradicional política de silencio lo único que se está consiguiendo es aumentar el clima de incertidumbre y confusión. Ese no es el camino a seguir.

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