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El paciente anticoagulado tiene, por diferentes motivos, un riesgo aumentado al infectarse de coronavirus. Eso significa que empeoran en caso de desarrollar el Covid-19. Generalmente son pacientes polimedicados que no alcanzan un nivel óptimo de anticoagulación por las dificultades actuales.
Lo ha asegurado el Dr. José Polo, vicepresidente 1º de Semergen. “El paciente que está en tratamiento con fármacos antivitamina K precisa controles periódicos y, en muchos casos, debe acudir a centros para llevar a cabo una evaluación necesaria, lo que aumenta la posibilidad de contacto y riesgo de infección”, ha afirmado.
Desde Semergen se indica que el paciente anticoagulado tiene un riesgo aumentado al infectarse de coronavirus
Como consecuencia de este riesgo, también se advierte otro problema emergente. “El paciente anticoagulado, y más aún si está en tratamiento con fármacos AVK, debe ser evaluado e interrogado sobre posibles sangrados; sin embargo, debido al miedo de contagio, está evitando acudir a urgencias o a la consulta de su médico de Familia”. Además, vicepresidente de Semergen ha aludido a la drástica reducción de casos informados de síndrome coronario agudo. “No se debe seguro a que haya menos sino a que los pacientes no acuden al hospital”, ha afirmado.
Para Polo otro factor importante de los pacientes en tratamiento por anticoagulante crónico son las interacciones medicamentosas. “Se ha evidenciado que en pacientes que reciben tratamiento anticoagulante oral hay un mayor riesgo de aparición de interacciones con fármacos anti-Covid”, ha dicho.
El Dr. José Polo indica que las interacciones medicamentosas del paciente anticoagulado es otro problema
Consejos y demandas desde la Atención Primaria
Para tratar de hacer frente a estos problemas, desde Semergen se apunta la necesidad de adoptar algunas medidas esenciales. El Dr. Juan Carlos Romero Vigara es vocal de la Junta Directiva Nacional. “En Atención Primaria debemos intentar prolongar el control de la terapia anticoagulante oral cada 6-8 semanas en los pacientes con INR estable que toman un fármaco antivitamina K”, ha dicho. En este sentido, como matiza el Dr. Juan Cosin, jefe de Sección de Cardiología en el Hospital Arnau de Vilanova (Valencia), “pocos pacientes en tratamiento con AVK (aproximadamente un 25%) pueden ser candidatos a espaciar los controles, y también hay que recordar que un mal control del INR puede poner al paciente en riesgo de ictus o hemorragia”.
Así, Semergen reivindica el acceso en Atención Primaria a la prescripción de ACODs en todas las Comunidades Autónomas. “Apoyándonos en los datos en vida real de eficacia, seguridad y coste”, explica el Dr. Juan Carlos Romero, quien también recuerda que en los paciente que toman un AVK “se debe seguir una dieta equilibrada y mantener un nivel constante y moderado de ingesta de alimentos ricos en vitamina K (espinaca, coliflor, col) en lugar de eliminarlos de la dieta”.
Semergen reivindica el acceso en Atención Primaria a la prescripción de ACODs en todas las Comunidades Autónomas
Complicaciones trombóticas en pacientes con Covid-19
También preocupa que muchos pacientes con Covid-19 pueden presentar una serie de anomalías clínicas y de laboratorio. Son anomalías que sugieren una forma de coagulopatía por sepsis. En este sentido, según detalla el Dr. Juan Carlos Romero, “aunque los mecanismos y factores de riesgo para estos cambios no están bien caracterizados, podemos decir que se establecen dos fenómenos: uno inflamatorio (por la liberación masiva de citoquinas) y otro trombótico (generando la aparición de enfermedad tromboembólica venosa en cualquier territorio)”.
Todo indicaría que la infección por SARS-CoV-2 no es solo una infección pulmonar. Va mucho más allá, acompañándose de un proceso sistémico caracterizado un estado inflamatorio que condiciona un alto riesgo trombótico. Por ello, se ha propuesto el uso de heparinas de bajo peso molecular (HBPM) desde el ingreso. Serían dosis profilácticas en casos no graves y a dosis terapéuticas en situaciones más graves; en esta situación clínica, afirma Juan Cosin, “el uso de AVK o ACODs no sería una buena opción, por las interacciones con los otros tratamientos que se emplean para el manejo de la Covid-19”.
Las HBPM, tanto a dosis profilácticas como terapéuticas, podrían bloquear la inflamación y prevenir los efectos trombóticos del Covid-19. En base a la revisiones narrativas y opiniones de expertos, como recomienda el Dr. Romero, “a la hora de pautar o no las HBPM en Atención Primaria, debemos revisar el grado de infección que ha presentado el paciente, si ha estado hospitalizado, si tomaba o no anticoagulación previa y el riesgo individual trombótico asociado a la infección por Covid-19”.
Con todo, este experto de Semergen recomienda estar atentos a las revisiones retrospectivas que se lleven a cabo sobre la incidencia de mortalidad y complicaciones tromboembólicas en los pacientes que tomaban crónicamente anticoagulantes orales, antiagregantes plaquetarios o HBPM previamente a la pandemia para confirmar estas hipótesis. Además, según añade el Dr. Juan Cosin, “es importante que los pacientes dados de alta tras una infección por SARS-CoV2, especialmente si tienen que guardar cuarentena (lo que les limita el movimiento), mantengan una dosis profiláctica de HBPM”.