El plan para la desescalada de Sanidad no convence a las sociedades científicas

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..Juan Pablo Ramírez. Director de iSanidad.
“Un documento corto” o “extremadamente pobre” son algunos de los calificativos que han utilizado diferentes sociedades científicas al definir las Recomendaciones sanitarias para la estrategia de transición, el plan que ha elaborado el Ministerio de Sanidad para abordar la desescalada. Las sociedades de Medicina Interna, de Urgencias y Emergencias y de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, tres especialidades claves en la lucha contra la pandemia, expresan sus dudas acerca del documento que Fernando Simón y Salvador Illa presentaron hace poco más de una semana a Pedro Sánchez.

Se trata de un informe poco profundo, de apenas siete páginas (portada incluida). Ya a simple vista no parece muy acorde con la reflexión que resultaría necesaria ante una epidemia que ha saturado nuestro sistema sanitario. El Ministerio ha vuelto a caer en una de esas manías tan común en la clase política: no consultar a los expertos. Una vez que el documento estaba elaborado, Sanidad organizó una videoconferencia informativa con las sociedades científicas, pero no se les permitió ni intervenir ni hacer preguntas. No nos hemos cansado de aplaudirles ni de reconocerle el trabajo, pero Sanidad prefiere no consultarles su opinión.

“Un documento corto” o “extremadamente pobre” son algunos de los calificativos que utilizan las sociedades científicas para definir el plan de desescalada del Ministerio de Sanidad

La semana previa a la aprobación del plan, las sociedades de atención primaria SEMG y Semergen advirtieron de la falta de recursos humanos. El documento no aborda este problema y sería deseable. Con el cierre de los hospitales de campaña estos días hemos visto que no se renovaba a los profesionales contratados ad hoc. Tampoco van a continuar los R5 en sus puestos de trabajo, ni en formación, ni como especialistas. Estos profesionales son hoy más necesarios que nunca. Son muchas las voces que pronostican un rebrote de la enfermedad, pero en ningún momento el texto aborda la dotación de recursos humanos necesarias en el caso de que exista un repunte en el número de contagios.

La falta de profesionales no solo preocupa a los médicos de atención primaria, también a los internistas y a los urgenciólogos. El texto habla de duplicar los circuitos en hospitales y centros de salud o incluso doblar el número de camas UCI pero, ¿quién va a estar en la cabecera de la cama del paciente? ¿Quién le va a guiar por el sistema sanitario? Estamos hablando de profesionales que han hecho hecho un enorme esfuerzo y tenemos las vacaciones de verano están a la vuelta de la esquina. Necesitan un descanso y un reemplazo de garantías por si la situación vuelve a descontrolarse.

¿Quién va a estar en la cabecera de la cama del paciente? ¿Quién le va a guiar por el sistema sanitario?

El texto deja muchas cuestiones sin responder: la derivación de atención primaria a hospital, la convivencia con la ola de calor, el abordaje de los pacientes crónicos que tienen que recuperar su asistencia sanitaria en condiciones de normalidad sin verse amenazados por el virus, la realización de test masivos, pruebas diagnósticas a los profesionales sanitarios, por ejemplo, antes de entrar a un quirófano… Esto último merece un capítulo aparte. El estudio de seroprevalencia acaba de comenzar, casi 40 días después del decreto del estado de alarma. Es difícil imaginar cómo evolucionará la desescalada sin los resultados.

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