La reciente encuesta sobre el uso de los servicios del Colegio de Médicos por parte de los colegiados realizada por iSanidad vuelve a dejar clara la necesidad de una redefinición de los Colegios porque los servicios que presta no son los que el médico necesita o utiliza.
La idea general de que los médicos huyen del Colegio es una realidad que no puede esconderse. No puede encontrarse en la historia reciente de los Colegios de Médicos de España más de 5 ó 6 médicos de prestigio dirigiendo los Colegios porque hay una grandísima distancia entre lo que quieren los médicos y lo que les ofrece el Colegio. No se sabe lo que buscan los Presidentes de los Colegios cuando se presentan, pero sí se sabe que los colegiados no les buscan a ellos, de hecho una participación de un 20% en unas elecciones se considera todo un éxito, aunque sea una participación ridícula.
Tanto el registro de títulos como la comisión deontológica son servicios obligados por la ley, por tanto cada Colegio está obligado a tener estos servicios, pero el resto son inocuos y poco valorados. La mayoría de los clubes de fidelización o asociaciones tienen mayor utilidad. Probablemente el hecho de la colegiación obligatoria haga que haya una relajación total a la hora de ofrecer servicios porque los “clientes” ya están, y no hace falta cuidarlos.
Es habitual que los Colegios hablen de sus asesorías jurídicas, fiscales y de otra índole, pero los colegiados no las utilizan, entre que no son gratuitas y que otros colectivos tienen mejores condiciones, se convierten en servicios para profesionales residuales que no quiere dedicarle un mayor tiempo a mejores condiciones. Es habitual que los Colegios tengan firmados “pomposos” acuerdos con empresas privadas como un colectivo más, pero los colegiados empiezan a buscar los seguros, los bancos, los viajes y los coches por su propia cuenta porque toda la vida colegial genera sospecha.
Los servicios como bolsa de empleo, revista interna, la televisión del Colegio y las ofertas de venta de coches, alquiler de coches, colegios para los hijos, gimnasios, venta de naranjas y la larga lista de ofertas se convierte en una justificación de la actividad y presencia pública porque los colegiados no parecen esperar nada del Colegio y por eso no van a buscar nada al Colegio. Profesionalmente ha perdido todo su atractivo.
Solo se salvan los cursos que realizan para colegiados, y en la mayoría de los Colegios tienen cedida esta actividad a su propia Fundación
