..J.P.R.
El hábito de fumar comienza a edades más tempranas. La Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes 2018-2019) deja esta conclusión en su último informe. Los estudiantes dan su primera calada a los 14,1 años y a los 14,7 lo convierten en un hábito en su día a día. En el último año, un 35% de nuestros estudiantes ha consumido tabaco, tres décimas más que en 2016. El 41,3% ha fumado tabaco en alguna ocasión de su vida. Los mayores crecimientos se producen en el cigarrillo electrónico, cuyo consumo ha aumentado de forma exponencial. El último estudio refleja que el 48,4% de los jóvenes lo ha probado, frente al 20,1% registrado en 2016. Estos datos se traducen en más comorbilidades y una mayor sobrecarga para el sistema sanitario.
Las cifras contrastan con el conocimiento que tienen los estudiantes sobre el consumo de tabaco. Un 93,8% es consciente de que este hábito genera importantes problemas de salud. De hecho, provoca 51.870 muertes prematuras. Está relacionado, además, con el 90% de la mortalidad por cáncer de pulmón y el 80% de las defunciones por EPOC. En todo el mundo, hay 1.200 millones de fumadores. A España corresponden nueve millones. Más allá del coste en vidas y en salud, la factura económica resulta también desmesurada. Según el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, se estima que el tabaco cuesta al sistema sanitario en torno a 7.695 millones de euros, alrededor del 10% del gasto sanitario en nuestro país.
Los estudiantes dan su primera calada de tabaco los 14,1 años y a los 14,7 lo convierten en un hábito en su día a día
Estas cifras llevaron al Ministerio de Sanidad a financiar dos medicamentos para la cesación tabáquica. Vareniclina y bupropion entraron en el sistema de financiación en enero de 2020. El ensayo clínico Eagles ha demostrado que vareniclina resulta más eficaz que el placebo, bupropion y que los parches de nicotina. Por su parte, bupropion ha demostrado mayor eficacia que el placebo, aunque obtiene resultados similares a los parches de nicotina. En cualquier caso, todos los fármacos han mostrado seguridad tanto en los diferentes estudios como en vida real.
Papel de atención primaria
La financiación de estos medicamentos ha otorgado a los facultativos de atención primaria nuevas herramientas para luchar contra el tabaco. Precisamente ambas moléculas permiten al médico de familia trabajar en la prevención de enfermedades, uno de los roles fundamentales del primer nivel asistencial. Al médico se suman otros profesionales en la lucha contra el tabaquismo.
“Médicos, enfermeros, farmacéuticos y psicólogos, todos a una con protocolos y consensos comunes de actuación“, señaló el Dr. José Luis Díaz-Maroto, Coordinador Nacional del Grupo de Trabajo de Tabaquismo de Semergen, durante los actos del Día Mundial sin Tabaco. “Es tan elevada la prevalencia de fumadores que supone la actuación y el consenso de todos los sanitarios“. Por este motivo, el Dr. Díaz-Maroto aboga por “la combinación de un tratamiento farmacológico y ayuda psicológica para dejar el tabaco es evidencia científica grado A, el mayor grado de evidencia“.
Está relacionado, además, con el 90% de la mortalidad por cáncer de pulmón y el 80% de las defunciones por EPOC
En un contexto marcado por la pandemia de Covid-19, el tabaco supone elemento de riesgo para cualquier persona. Incluso la Organización Mundial de la Salud ha advertido sobre la posibilidad de sufrir los síntomas más graves de la enfermedad. “El tabaquismo deteriora la función pulmonar, lo que dificulta que el cuerpo luche contra los coronavirus y otras afecciones respiratorias. Los datos de investigación disponibles hasta la fecha parecen indicar que los fumadores tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves y de fallecer a causa de la Covid-19”, señala en un documento la Agencia de Naciones Unidas.