..Dra. Mª Teófila Vicente Herrero. Especialista en Medicina del Trabajo.
La obesidad está considerada actualmente como una epidemia mundial. Tomando como base la información proporcionada por la Organización Mundial de la Salud, desde el año 1975 se han multiplicado por tres los datos globales de prevalencia, lo que ha alimentado el actual debate sobre su clasificación como enfermedad. Además, la coexistencia de desnutrición y obesidad en países de ingresos bajos y medios plantea desafíos únicos que podrían no requerir las mismas estrategias que las utilizadas en países con ingresos altos.
La coexistencia de desnutrición y obesidad en países de ingresos bajos y medios plantea desafíos únicos.
La obesidad había sido considerada una condición médica o un factor de riesgo para otras enfermedades, pero hoy es definida como una enfermedad compleja de etiología multifacética, con capacidad invalidante y comorbilidades asociadas. Esto hace que cumpla con la definición médica de enfermedad: disfunción fisiológica del organismo con etiologías ambientales, genéticas y endocrinológicas, con un conjunto característico de signos y síntomas y con alteraciones anatómicas consistentes.
El exceso de tejido adiposo aumenta el trabajo cardiaco provocando cambios anatómicos en este órgano y altera las funciones pulmonares, endocrinas e inmunológicas, todo ello con efectos adversos sobre la salud. Sus principales complicaciones incluyen desarrollo de enfermedad cardiovascular, diabetes mellitus no insulinodependiente, enfermedad pulmonar obstructiva, artritis y cáncer, a lo que se une el riesgo incrementado de evolución grave en la actual infección por Sars-Cov- 2
La aceptación de la obesidad como enfermedad es fundamental para determinar su enfoque preventivo y terapéutico, mejorar su evolución y evitar complicaciones, promoviendo el desarrollo de intervenciones generalizadas, tanto más cuando se analizan los datos españoles de la última Encuesta Nacional de Salud de 2017, que muestran una prevalencia en aumento, afectando en ese año al 17,4% de la población adulta a partir de los 18 años, que coincide con edad de trabajadores en activo (18,2% en hombres y 16,7% en mujeres).
La obesidad puede ser asociada también con el dolor lumbar, con aspectos psicosociales, con afecciones mentales y ser consecuencia del trabajo nocturno.
En obesidad y trabajo destacan algunos aspectos de especial controversia científica, como la creciente asociación entre obesidad y dolor lumbar o la influencia del trabajo nocturno en el aumento de peso y su relación con aspectos psicosociales y con afecciones mentales.
El abordaje preventivo de la obesidad en las empresas incluye desde la promoción de la salud, haciendo especial hincapié en la mejora de los hábitos de vida, hasta el control y seguimiento periódico mediante la vigilancia específica de la salud y la formación e información a los trabajadores.
En promoción de la salud destacar las intervenciones dirigidas desde los servicios de prevención de riesgos laborales con campañas en hábitos de vida saludables en alimentación, ejercicio físico regular, control del tabaco y consumo de alcohol. Es de ayuda la utilización de encuestas validadas como PREDIMED en alimentación e IPAQ en actividad física, facilitando tanto la labor del médico como la participación activa y la colaboración del trabajador.
Estas actuaciones preventivas han de basarse en aspectos bien definidos y la tipificación de la medición de la obesidad general y de la adiposidad abdominal. Muchos de estos métodos están al alcance del médico del trabajo:
- Para medir la obesidad general, el sistema más utilizado es el Índice de masa corporal (IMC), aunque se recomienda utilizar métodos de medición directa de la masa adiposa, como la impedanciometría bioeléctrica y el grosor de pliegues cutáneos, que son fácilmente accesibles en ámbito laboral.
- Para medir la adiposidad abdominal se utiliza habitualmente la valoración de circunferencia de cintura, el cociente cintura/cadera y el cociente cintura/altura.
Más complejo, y por ello habitualmente reservado para el ámbito especializado, es la medición de la obesidad general y adiposidad abdominal mediante absorciometría dual de rayos X, ultrasonidos, tomografía computarizada o por resonancia magnética.
Como métodos de apoyo cada vez se utilizan más las ecuaciones que estiman la grasa corporal: CUN BAE, ECORE-BF, Palafolls, RFM O índice de masa grasa.
Como métodos de apoyo cada vez se utilizan más las ecuaciones que estiman la grasa corporal: CUN BAE, ECORE-BF, Palafolls, RFM O índice de masa grasa.
Sin duda, para avanzar en el estudio y abordaje de este problema de envergadura creciente en salud pública se necesitan actuaciones coordinadas que incluyan aspectos formativos para el personal sanitario sobre estrategias de cambio de comportamiento y que profundicen en equipos interprofesionales para mejorar la atención de las personas con obesidad.
La prevalencia de la obesidad ha aumentado a una velocidad alarmante en todos los continentes y, desde 1980 prácticamente se ha duplicado en todo el mundo, llegando a alcanzar los 650 millones de personas.
Es por ello que la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo (AEEMT), en colaboración con la empresa Novo Nordisk, aunando sus fuerzas para colaborar en formación, ofrecen este 12 de noviembre un Webinar con enfoque laboral centrado en Obesidad y Promoción de la Salud desde la empresa.
Los médicos del trabajo apoyamos con nuestra labor estas actuaciones mediante el asesoramiento clínico centrado en la dieta, la actividad física y el cambio de comportamiento, pero para lograr mejores resultados proponemos actuaciones conjuntas con el resto de profesionales sanitarios que atienden a los trabajadores fuera del ámbito laboral, que permitan alinear la intensidad de las actuaciones preventivas y las terapéuticas, con la gravedad de la obesidad como enfermedad.