Lasquetty se enfrenta a las anunciadas dimisiones de los puestos directivos

Lola Granada
Las acciones previstas se han cumplido a rajatabla y el anunciado plan de dimisiones masivas de los equipos directivos de los Centros de Salud de la Comunidad de Madrid si el proyecto de privatización diseñado por la comunidad de Madrid sigue adelante, no ha esperado a nada. El mismo lunes 7 de enero, el 50% de sus equipos directivos -120 directores de Centros, 118 responsables de enfermería y 98 responsables administrativos -336 personas- han formalizado su baja en el Registro oficial de la Consejería de Sanidad. No obstante son “pseudodimisiones”•porque no se harán efectivas hasta que no sean dados a conocer los 27 Centros cuya gestión será privatizada este año.

Según Paulino Cubero, portavoz de la plataforma reivindicativa, estos trabajadores renunciarán solo a sus cargos directivos, no a sus puestos de trabajo de asistencia o administración. Según parece, son un total de 90 los Centros en los que han dimitido todos los miembros de dirección. La Comunidad dispone actualmente de 269.

Esta dimisión masiva no ha sido un acto de protesta aislado porque ha venido precedido de la primera “marea blanca” del año en la que miles de empleados de la sanidad madrileña protagonizaron en el ya conocido como “manifestódromo oficial” –ubicado en el tradicional recorrido de Neptuno a Sol-, caminaron a sus anchas con todo tipo de pancartas demagógicas y lanzando gritos reivindicativos alusivos a su particular versión de los hechos y de los previsibles resultados del “Plan Lasquetty”. La marcha, convocada por varias plataformas y el sindicato Amyts se centró, además, en el tipo de renovación del contrato realizado el 28 de diciembre al 95% de los contratados eventuales de los hospitales, que tiene una vigencia entre 3 y 6 meses.

El grueso de los dirigentes del colectivo social que forman los médicos está obligado a afrontar de forma expresa qué reformas se tienen que aportar en la sanidad para superar la pesada carga de un 25,6% de tasa de paro. La situación no se resuelve con tres reuniones, dos ruedas de prensa y unas manifestaciones, el problema hay que abordarlo pensando en primer lugar en la estrategia económica a aplicar, con datos reales y concretos, sin dejarse llevar por los cuchicheos y “opiniones de café”. 

Los devastadores efectos de una sanidad incendiada por las reacciones políticas a la crisis económica deben ser apagadas con urgencia. Para mantener un sistema como el actual, con los niveles de atención y calidad asistencial no hay otro remedio que hacer recortes, suprimir privilegios y revisar todas las partidas de gastos, pero de acuerdo al consenso y el diálogo que los profesionales están reclamando. La única salida para el Consejero de Sanidad, Fernández-Lasquetty, es la negociación con los profesionales, a la vez que para los profesionales solo les queda presentar alternativas absolutamente viables lejos de la demagogia.

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