Honorio Bando: “El sistema nacional de salud está entre los 10 mejores del mundo, nos ha costado construirlo más de 200 años y es necesario mantenerlo”

Alfonso González
·Las estrategias  de los cambios deben estar basadas en el diálogo con los profesionales del sector
·Los colegios deben estar al servicio de los colegiados y tienen que conocer las demandas de los colegiados
·La industria farmacéutica debe seguir colaborando con las administraciones porque nos jugamos un futuro sostenible

Ante la preocupación de la realidad del sistema nacional de salud y la preocupación por los facultativos D. Honorio Bando a tenido la gentileza de atender a iSanidad. Lo mejor de la sanidad para exponer su visión sobre lo que está sucediendo estos días que afecta al futuro de la profesión médica.

Honorio Bando es Académico Correspondiente de la Real Academia Nacional de Farmacia, Doctor por la Universidad Complutense de Madrid, Máster en Alta Dirección por el instituto de Administraciones Públicas, ha sido Subdirector General de Especialidades en Ciencias de la Salud en la Secretaría de Estado de Universidades e Investigación, Director responsable del Protectorado de Fundaciones, Asesor de la Secretaría de Estado y Política Científica y Tecnológica y Subdirector general de Formación Sanitaria y Relaciones Profesionales del Ministerio de sanidad. También está en posesión de la Cruz del Mérito Civil y de la Encomienda de la Orden de sanidad, así como de la Medalla de oro del Consejo de Odontólogos y Estomatólogos y Premio Medical Economics 2009. Una persona perfectamente autorizada para juzgar la situación real de la sociedad médica hoy.

El Sistema Sacional de Salud está cambiando porque toda la sociedad está cambiando, ¿qué “vicios” dejarse atrás en este nuevo SNS que está naciendo?
Efectivamente el Sistema Nacional de Salud (SNS) está evolucionando debido a los cambios de una sociedad globalizada que nos ha tocado vivir. Nuestro sistema sanitario nos ha costado construirlo más de 200 años y está entre los diez mejores del mundo, por tanto es necesario y perentorio hacerlo sostenible. Los ciudadanos se sienten orgullosos de nuestro sistema nacional de salud por ser patrimonio de todos, a pesar de las reformas estructurales que son conscientes que hay que acometer.

La sanidad no puede pasar por este periodo de crisis económica sin ninguna “herida de guerra”, ¿es inadecuado que la sanidad pública se apoye en la privada para superar los problemas?, ¿por qué está defensa “numantina” de de la sanidad pública cuando una gran parte de los médicos hacen también sanidad privada?
Ahora mismo estamos en un periodo de grave crisis económica global, se requiere una auténtica sostenibilidad del sistema sanitario, con horizontes de futuro, ya que los recursos de los que hoy se dispone son insuficientes y es necesaria la corresponsabilidad de todos los agentes del Sistema Nacional de Salud, donde la sanidad privada tiene que estar integrada, y conseguir que dicho sistema sea eficaz y equitativo.

¿Los cambios deben estar dirigidos por políticos o por profesionales? Parece que los profesionales (OMC, Colegio de Médicos de Madrid, sindicatos…) se quejan de que no participan en las decisiones. ¿Deberían tener mayor protagonismo las sociedades profesionales (colegios, sociedades científicas, sindicatos, asociaciones…) en las decisiones de la política sanitaria?
Los cambios que hay que acometer tienen que estar basados en estrategias para instaurar un diálogo permanente con los profesionales del sector y con los ciudadanos, que se sientan informados de una manera clara y sencilla, para lo cual hay que dar participación a las sociedades científicas, los interlocutores, los líderes de opinión y los medios de comunicación. Dichas estrategias y medidas consensuadas irán despejando muchas incógnitas sobre que modelo organizativo es mejor para nuestro sistema nacional de salud, para lo cual es necesario un compromiso real, con presupuesto finalista para la sanidad por parte de las comunidades autónomas, y que el estado realice una coordinación y una alta inspección efectiva, pues de lo contrario cualquier reforma que se intente será un fracaso.

¿Cuál debería ser el papel de los colegios de médicos ante la situación actual? Muchos están adoptando una postura un poco reivindicativa de la sanidad pública, ¿es éste su papel?
Los colegios profesionales deben estar al servicio de sus facultativos para lo cual deben acercarse más a las demandas reales de sus colegiados, adaptándose a la realidad que nos ha tocado vivir. Tienen que comunicarse con los ciudadanos con el objetivo de lograr mejorar la humanización de la asistencia sanitaria

A los pacientes estos “movimientos” no les dejan tranquilos, parece que la sanidad que va a quedar es “deficiente”, ¿qué se debería transmitir para que los paciente estén tranquilos?
Los pacientes son los auténticos protagonistas. Hay que transmitirles mensajes claros y tranquilizadores para su salud, no sembrar incertidumbres innecesarias que después afectan directamente al normal desenvolvimiento de la actividad asistencial. Es necesario plantearse un nuevo modelo de la “cultura de la salud”, basado en lo que podemos denominar la promoción integral de la salud. Esta nueva cultura, basada en la prevención y la educación para la salud va a ser una herramienta básica para las ciencias de la salud y de la vida. Es muy necesario trabajar en esta dirección para el fortalecimiento de las asociaciones de pacientes, para que puedan lleva a cabo actividades que el sistema de salud necesita.

En otro orden de cosas relacionado con la crisis y los laboratorios farmacéuticos. Hace algunos años los laboratorios ganaban mucho dinero e invertían en investigación, comunicación, responsabilidad social… Ahora que ganan menos dinero invierten menos y la sociedad lo nota, de hecho la función pública no puede sustituir este impulso económico. ¿Debe cuidarse más a los laboratorios para que sigan siendo un motor económico para la sanidad?
La industria farmacéutica debe continuar con el fomento y ser pionera en investigación desarrollo e innovación y seguir colaborando activamente con los poderes públicos mediante alianzas para elevar la investigación biomédica. De lo contrario nos jugamos un futuro sostenible  porque en España tenemos investigadores de gran talla para lograr los objetivos que se marquen.

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