Alfonso González
La convocatoria de huelga liderada por Afem y a la que ya se han sumado de momento Amyts, CSIT-UP, comenzará el 7 de mayo y tendrá una duración de cuatro semanas al menos a razón de un día de paro a la semana. Pedro González, presidente de Afem, ha confirmado que no será una huelga indefinida como en el mes de noviembre porque eso supondría “un serio desgaste de cara a la opinión pública por culpa de la campaña de desprestigio que ha hecho la Consejería de Sanidad contra nosotros”.
Esta primera huelga con los pliegos de condiciones para la externalización ya publicados, parece que no contará con el resto de sindicatos como SATSE, CC.OO, UGT y USAE porque un nuevo paro supondrá “castigar una vez más a los pacientes, que son los grandes perjudicados en este conflicto”.
Aunque desde Afem confirman que la huelga no es el único arma sí es la más fuerte y en el pasado se ha utilizado muy bien y ha tenido resultados positivos. Para Pedro González “nada ha cambiado, la Consejería de Sanidad sigue empeñada en su plan para privatizar la sanidad a ultranza no sólo de los hospitales que se van a privatizar, sino que ese plan también detraerá recursos del resto de hospitales públicos. Eso afecta a todo el Sistema de Sanidad Público”.
Por otro lado, desde Amyts se asegura que las secciones sindicales de los hospitales públicos afectados están consultando con el personal de esos centros una postura común ante las próximas reuniones de la Mesa Sectorial.
Contraposición desde el gobierno regional
Desde la Comunidad de Madrid se vuelve a criticar esta huelga por injustificada, siguen insistiendo en que las razones en las que se basan no son verdad y son los pacientes los únicos perjudicados por los retrasos que implican. El presidente Ignacio González se ha mostrado “absolutamente en contra” dela huelga porque “cuando la razón que se aduce es falsa, no está justificada” (la huelga).
El propio Ignacio González ha recordado que desde el gobierno regional se están impulsando medidas para “seguir manteniendo” el sistema público de salud en las condiciones de “extraordinaria calidad” actuales y para que siga siendo “universal y gratuito” pero con una gestión “más eficiente y con menor coste”.
