No puede haber una política adecuada sanitaria sin un conocimiento perfecto de los recursos humanos

Lola Granada
El Informe sobre la Sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud elaborado por el Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad hace una mención especial a que los recursos humanos son parte esencial del sistema para que se pueda prestar, con las debidas garantías, un buen servicio sanitario. Consciente de ello, la comisión elaboradora del informe le ha prestado la atención que merece, llegando en el apartado 6 de este  primer capítulo de “factores a considerar”, a las siguientes puntualizaciones: 

6.-Acumulación de problemas pendientes en el ámbito de recursos humanos.
Los sistemas de salud se basan en buena medida en los recursos humanos, por lo que todos los países deben asegurar la suficiencia de los profesionales sanitarios para que hagan posible una atención sanitaria adecuada, eficiente y de calidad.

En el ámbito de los recursos humanos llevamos arrastrando una serie de asuntos que requieren una pronta solución para una mejor gestión de los mismos. Quizás uno de los principales temas que necesita un abordaje inmediato es su “Registro de Profesionales”.

No se pueden llevar a cabo políticas adecuadas sin conocer bien los recursos de que se dispone y, mucho menos, llevar a cabo una correcta planificación sin conocerlos.

Las implicaciones de este Registro deberían tener una primera repercusión en la determinación del número de plazas necesarias, tanto en la formación del grado como en la formación especializada, promoviendo mecanismos de ajuste que ayuden a una correcta planificación en el futuro, evitando probloemas como los actuales.

• Las jubilaciones, otro aspecto a considerar.
Un aspecto que tiene más importancia de la que, a simple vista, puede parecer. Hay que buscar un equilibrio que de solución a las necesidades del sistema y a las de sus profesionales, tanto a los mayores de 65 años que quieran y puedan seguir ejerciendo, como a los jóvenes que se integran en el sistema, una vez finalizados sus respectivos periodos de formación.

Afrontar la situación de determinados colectivos con problemas de titulación o de especialización es otra cuestión que debería figurar también en la agenda de la política de recursos humanos.

Habría que considerar, además, la diversidad de situaciones que genera el amplio número de profesiones sanitarias y las relaciones de estas entre sí.

En la Unión Europea existen cerca de 30 profesiones sanitarias reconocidas. Esta expansión profesional obliga a un marco de respeto competencial y de cooperación en un entorno profesional competitivo. El trabajo en equipo, las llamadas competencias compartidas y la delegación de funciones son, sin duda, importantes retos a los que es preciso dar respuesta en beneficio del sistema sanitario y, sobre todo, de los pacientes.

Por otra parte, si se quieren cumplir nuestras más amplias ambiciones y contar con una Europa más saludable, debemos ser capaces de formar, atraer, reclutar y mantener a los mejores talentos de todos los sectores de las profesiones sanitarias.

Desequilibrios actuales
Conviene resaltar, además, que en nuestro sistema sanitario nos encontramos, en diferente medida, con varios tipos de desequilibrios, como:

•Dotación inadecuada de algunas categorías de personal. Debido a como está concebido nuestro sistema sanitario (polarizado en el hospital) que conlleva a que la dotación de enfermería no se ajuste a las ratios comunitarios y resulte bastante  desigual en los distintos niveles asistenciales. 
La hipertrofia de recursos médicos en atención especializada choca con la escasa proporción de médicos de familia y de enfermeras comunitarias.

•Falta de equilibrio en la distribución de Recursos humanos entre las propias Comunidades Autónomas. En unas por encima de los estándares europeos, en otras, muy por debajo. Sucede lo mismo en enfermería.

Una muestra de ello son los resultados de estudios de investigación, como el conocido RN4CAST dirigido por la Dra. Unda Airen, de la Universidad de Pensilvania. Son suficientemente explicativos de que “a mayor número de enfermeras y mejor cualificadas, más vidas salvadas”.

La morbi-mortalidad aumenta en proporción directa a la disminución de los ratios de enfermería en Centros de Instituciones Sanitarias

•Desajustes entre la formación recibida y las competencias requeridas para el ejercicio profesional.

Parta resolverlo sería de interés la aplicación de algunas líneas de acción, que podrían ser las siguientes:

Implementar el sistema nacional de acreditación y re-acreditación de competencias profesionales.
Examinar y valorar contínuamente las tendencias nacionales y europeas del mercado del trabajo en el ámbito sanitario.
Perfeccionar los procesos de valoración de las necesidades emergentes de nuevos perfiles profesionales y proponer nuevas áreas d capacitación y especialización.
Fomentar el incremento de la formación de profesionales, e
Invertir en planes de formación de calidad y en el desarrollo profesional contínuo

•En el ámbito farmacéutico
 Profesionales farmacéuticos. Es necesario promover la correcta planificación de la oferta de plazas en el sistema de formación sanitaria especializada, concretamente las plazas en las especialidades del laboratorio clínico, sobre la base de los principios de igualdad, capacidad y mérito entre los profesionales sanitarios que pudieran acceder.

Sería también necesario avanzar en el desarrollo profesional del farmacéutico en el ámbito de la Farmacia Comunitaria. Ello contribuirá a proporcionar una asistencia farmacéutica de calidad a la población.

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