El tratamiento de la diabetes tipo 1 (DM1) se complica en la etapa adolescente y no solo por los cambios biológicos, físicos o emocionales del niño, que en muchas ocasiones se traducen en “una pérdida de adherencia al tratamiento y un descontrol de los niveles glucémicos”, explica Ángel Cabrera, presidente de la Federación Española de Diabéticos Españoles (FEDE), sino también por el cambio que supone para el adolescente el “traspaso de poderes” entre el pediatra y el endocrinólogo. (Gaceta Médica)