¿Es legal vender una base de datos con hábitos de pacientes?

Uno de los círculos de seguridad que mayor protección tiene la legislación española es la privacidad de los datos médicos de los pacientes. Esa información en manos inadecuadas podría provocar un aluvión de propuestas comerciales también inapropiadas por parte de laboratorios y otros muchos sectores relacionados con la sanidad de la población. Unas propuestas que los pacientes vería como un atentado contra la intimidad.

El diario británico The Guardian anunciaba estos días en su portada que es eso exactamente lo que ha hecho el NHS del Reino Unido. Pagando por la información, y con autorización de las autoridades sanitarias, las empresas del campo de la salud dispondrán de información tan relevante como el estado de salud mental de los pacientes, el riesgo de cáncer o hábitos no saludables tales como el tabaco o el consumo de alcohol, lo que significa una cierta imagen del historial clínico nacional.

Con el objeto de una supuesta “propuesta de mejora” se ha abierto la información confidencial al circuito comercial de las empresas para mejorar la salud a los pacientes, ignorando si coinciden estas mejoras, que son también beneficiosas para los resultados económicos de estas empresas, con el interés de los pacientes.

La idea de “mejorar la salud de los pacientes” a través de esta información privada está en contraposición con la lucha histórica de privacidad. Por mucho que el Gobierno británico se intente esforzar en especificar que la información será pseudo-anónima y haya mandado información a 26 millones de hogares, lo cierto es que la medida mantiene a los abogados alerta, y de hecho Mark Davies, director del centro de seguro médico, ha dicho a The Guardian que hay un “pequeño riesgo” de que pacientes puedan ser identificados por aseguradoras o grupos farmacéuticos. De hecho con herramientas de Data Mining “puedes identificar a alguien si tienes muchos datos recabados”, porque lo cierto es que la medida no solo no es popular, sino que tampoco es una demanda social, es simplemente una concesión.

Excepto los que exijan no estar incluidos a través de su médico de familia, estarán en una base de datos al alcance de investigadores y organizaciones también de fuera del sistema sanitario. Ya se están escuchando las primeras quejas de pacientes que tienen miedo a que los datos de su enfermedad circulen y se pueda, encima, sacar “tajada” de las enfermedades.=
..Lola Granada

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