Los investigadores podrán centrarse en los genes que están asociados a enfermedades, y es que esta labor tan importante y específica la llevarán a cabo gracias al proyecto que ha durado más de tres años llamado FANTOM5, y que liderado por el Instituto RIKEN en Japón han participado más de 250 científicos de 20 países y regiones diferentes. El amplio equipo de científicos ha elaborado la imagen más clara hasta ahora de cómo los genes humanos son controlados en la amplia variedad de tipos de células del cuerpo.
En la revista Nature se han publicado dos estudios en los que el equipo de científicos trazó el mapa de cómo una red de interruptores construidos dentro del ADN, controla dónde y cuándo los genes se encienden y se apagan. El equipo estudió el grupo más grande de tipos de células hasta ahora y tejidos humanos y de ratones para poder identificar la localización de los interruptores dentro del genoma que individualmente enciende los genes o los apaga. También trazaron el mapa de dónde y cuándo se activan los interruptores en los diferentes tipos de células y cómo interactúan entre ellas.
Alistair Forrest, coordinador científico de FANTOM5, afirma que “tenemos por primera vez investigado sistemáticamente qué genes se usan prácticamente en todos los tipos de célula en el cuerpo humano y en las regiones que determinan dónde se leen los genes del genoma”.
“Los humanos son organismos complejos multicelulares compuestos de al menos 400 tipos distintos de células. Esta preciosa diversidad de tipos de células nos permite ver, pensar, escuchar, movernos y luchar contra infecciones, todo ello codificado en el mismo genoma”, explica Allistar Forrest.
El trabajo de FANTOM5 para la comunidad científica supone que sea el atlas de referencia que ayude a navegar en el genoma y averiguar qué genes están involucrados, y de qué manera en toda una serie de enfermedades como el cáncer, la diabetes, pasando por las enfermedades sanguíneas y psiquiátricas. Según Forrest, mediante este proyecto “tenemos increíblemente detalladas imágenes de cada uno de estos tipos de células, y podemos trabajar dando marcha atrás para comparar las células cancerígenas con las células de las que vienen originalmente para comprender mejor qué causa el mal funcionamiento, por lo que estaremos mejor preparados para desarrollar terapias nuevas y más efectivas”.
Diversos estudios relacionados, como el que ha hecho el Instituto Roslin, utilizó información del atlas para investigar la regulación de un importante grupo de genes necesarios para producir masa muscular y hueso.
..Emilio Ramirez