Los programas de rehabilitación cardíaca pueden reducir hasta un 30% la mortalidad después de sufrir un infarto de miocardio

Las Unidades de Rehabilitación Cardiaca han introducido las medidas necesarias no solamente para mejorar la calidad de vida, sino también para disminuir la mortalidad y el número de complicaciones en pacientes que han sufrido un episodio cardíaco. El estudio R-EUReCa (Registro Español de Unidades de Rehabilitación Cardiaca) ha analizado el número de centros existentes en España atendiendo a los siguientes criterios: localización geográfica, dotación de personal y número y tipo de pacientes a los que atiende.

Hasta ahora, los múltiples estudios realizados muestran que los programas de rehabilitación cardiaca pueden reducir la mortalidad alrededor de un 25-30%, y es que así lo explicó la doctora y directora de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital Ramón y Cajal de Madrid en el ‘I Encuentro Nacional de Unidades de Rehabilitación Cardiaca’ celebrado recientemente en Rascafría (Madrid), y que está acreditado por la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Los resultados definitivos del estudio R-EUreca se darán a conocer en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares (SEC2014) a finales de octubre en Santiago de Compostela.

Durante el encuentro, se ha hecho especial hincapié en que a falta de que se cierre el estudio, en los últimos seis meses se ha producido un aumento en el número de unidades de Rehabilitación Cardiaca, y es que existen alrededor de 110 unidades en España; sin embargo, a pesar de ese aumento hasta sobrepasar la centena, la distribución geográfica no es homogénea, y es que “el mayor número de unidades se localiza en Madrid, Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana, Murcia y País Vasco”, mientras que hay Comunidades Autónomas que no presentan “ninguna unidad como Asturias, La Rioja, Ceuta y Melilla u otras como Castilla León, Castilla La Mancha y Galicia”, todas ellas como explica la doctora De Pablo “cuentan con una dotación mínima que no abarca todas las provincias”.

Se ha explicado como los programas políticos costó mucho para que apoyaran estas unidades, pero finalmente ya se empiezan a reflejar en los planes de salud. Del mismo modo, es apreciable el interés que muestran los cardiólogos y sobre todo los pacientes, que están empezando a demandar estos servicios que ofrecen unos beneficios más evidentes en los pacientes que padecen de enfermedades cardíacas.

En cuanto a las patologías que en estas unidades son tratadas con más frecuencia, está la cardiopatía isquémica (alrededor del 85%) especialmente tras un síndrome coronario agudo (65%). Por el contrario, con menos frecuencia están los pacientes con insuficiencia cardiaca estable, los pacientes trasplantados, y quienes tienen valvulopatías operadas o cardiopatías intervenidas. Sobre el número de pacientes que durante el 2013 se rehabilitaron, fueron 6.500.

Sobre los programas de rehabilitación cardíaca, reducirlo todo al entrenamiento físico sería un error, por eso además se debe incluir el control de los factores de riesgo cardiovascular, un control cardiológico y un programa educativo, todo ello con el fin de que los pacientes estén en condiciones de saber valorar de manera autónoma esos factores de riesgo y aprendan a modificar hábitos de vida como es la necesidad de dejar de fumar, practicar ejercicio y llevar una alimentación sana.

No obstante, además de estas actuaciones, algunas Unidades de Rehabilitación Cardiaca incorporan una parte de atención psicológica y una evaluación sociolaboral, aspectos que en palabras de la doctora hacen que “contar con un trabajador social que valore la situación social del paciente y el grado de dependencia en el que se encuentre es fundamental”, y es que inciden positivamente “ya que una vez que se les dé el alta se debe saber si pueden incorporarse a su puesto de trabajo o, por el contrario, es necesario hacer algún tipo de modificación”.

Finalmente, los especialistas reunidos en el encuentro, aseguraron que la mayoría de las unidades se localizan en hospitales, y que más del 60% tienen dependencia funcional pública. Su estructura es muy variable, pero normalmente disponen de un servicio de cardiología y unidad coronaria, aunque no siempre con cirugía cardíaca. Además, cada vez están ya mejor dotadas de material y espacio al contar con gimnasio, consultas y todo el equipamiento necesario para que los pacientes puedan entrenar.

Sin embargo, tal y como expresa la doctora De Pablo, aunque “la mayoría tienen telemetría, sistemas de reanimación cardiopulmonar y cuentan con equipos de ergometría y ecocardiografía”, no es óbice para señalar que “todavía existen carencias, por ejemplo, el número de unidades con posibilidad de medida directa del consumo de oxígeno es del 30%”.
..Emilio Ramirez

Opinión

Multimedia

Especiales

Atención primaria

Sanidad privada

iSanidadental

Anuario

Accede a iSanidad

Síguenos en