Hubo un tiempo en que una ardilla podía cruzar la Península Ibérica saltando de grúa en grúa. Pero un día la burbuja inmobiliaria estalló, se acabó el dinero y muchos solares con obras más o menos avanzadas quedaron abandonados. El sector sanitario no fue ajeno a este estallido. Los ambiciosos planes de infraestructuras diseñados quedaron, en muchos casos, sin terminar, porque una financiación que parecía estirarse un buen día no dio para más. Al menos 16 centros proyectados antes de la crisis y con apertura prevista durante ésta siguen pendientes. Siete ni siquiera se han empezado y alguno se ha descartado -especialmente en Andalucía y Comunidad Valenciana-, y, de los nueve que están en marcha, en tres se ha recurrido a la colaboración público-privada para desatascar las obras. En el contexto de crisis y de contención del déficit público impuesto por el Gobierno central, la Junta de Andalucía se ha visto obligada a realizar ajustes en sus presupuestos, lo que a nivel de infraestructuras sanitarias ha llevado una recalendarización de las actuaciones, primando las obras ya iniciadas sobre las pendientes, si bien los compromisos adquiridos siguen manteniéndose. permita. (Diario Médico)