Una de cada seis personas sufrirá un ictus a lo largo de su vida, patología que afecta cada año a 120.000 individuos, mayoritariamente mujeres. En España al año se producen 36.000 muertes por ictus (el 30% de los afectados), y ocasiona una discapacidad grave para toda la vida al 40% de los que lo padecen.
Estos datos son del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología, que con motivo del Día Mundial de esta enfermedad celebrado este pasado miércoles, recordó que esta patología se puede prevenir controlando la presión arterial, el colesterol y evitando el tabaco, el sedentarismo o la obesidad.
Síntomas del ictus
Los ictus, patología que en ocasiones se identifica también con los términos accidentes cerebrovasculares, ataque cerebral o apoplejía, son un trastorno brusco de la circulación cerebral que altera la función de una determinada región del cerebro. Así, hasta el 45% de las personas que ha sufrido un ictus presenta hemiparesia (un lado del cuerpo ve reducido su fuerza y movilidad pero sin paralizar) como secuela; hasta un 15 % afasia (trastorno del habla); el 20% no podrá caminar; el 30% sufrirá depresión o deterioro cognitivo, y entre el 20 y el 55% precisará ayuda parcial o total.
Los principales síntomas de un ictus son la pérdida brusca de movilidad o sensibilidad de media parte del cuerpo, la pérdida repentina de la capacidad para hablar, el dolor súbito de cabeza y sin causa, sensación de vértigo, inestabilidad, desequilibrio y confusión repentina y la pérdida de la visión, total o parcial. Si se detecta alguno de estos síntomas de un posible ictus es necesario acudir cuanto antes a un hospital ya que las primeras horas son clave en la evolución del paciente.
El ictus afecta más a personas mayores
Como explica la presidenta de la Federación Española del Ictus (FEI), Carmen Aleix, los ictus afecta más a personas mayores, y su probabilidad aumenta en las personas que presentan ciertos factores de riesgo controlables como la hipertensión, el colesterol, el tabaquismo, el sedentarismo o la obesidad, entre otros.
En este sentido, Aleix recuerda que son los pacientes los que pueden ayudar a prevenir el ictus controlando factores de riesgo como son la presión arterial y los niveles de colesterol, controlar la diabetes, abandonar el tabaco, consumir alimentos bajos en sal y grasas, evitar el consumo de drogas, si se consume alcohol que se sea moderado, practicar ejercicio físico de forma regular, y acudir al médico si se notan latidos irregulares.
Así, bajo el lema “La prevención del ictus es tu responsabilidad”, la FEI quiere concienciar a la población sobre la importancia de controlar los factores de riesgo, e insta a la Administración a garantizar el derecho de los pacientes a la información y a la innovación terapéutica y tecnológica “que permite controlar o detectar mejor el riesgo de ictus, en especial la fibrilación auricular, causante de 1 de cada 5 ictus en España”.
Red asistencial de Unidades o Equipos de ictus
La existencia de una red asistencial de Unidades o Equipos de Ictus de referencia accesibles en menos de 60 minutos en España, como explica la presidenta de la FEI, por ahora son 12 las Comunidades Autónomas que tienen totalmente implantado el código ictus en sus zonas básicas de salud, “lo que significa prácticamente un 80% de zonas básicas cubiertas”, añade.
Además, Aleix subraya que la rehabilitación hospitalaria a veces “puede no ser suficiente”, por lo que en este sentido tras recibir el alta hospitalaria, “el paciente deberá continuar con ella en función de las secuelas que presente”. Es aquí cuando la familia ocupa un papel trascendental al acompañar y dar fuerzas al familiar para que pueda superar la situación. “Teniendo en cuenta que estamos ante personas que ven cómo su vida cambia de la noche a la mañana, es necesario que el cuidador principal se cuide y se forme para evitar la sobrecarga emocional”, avisa Aleix.
..Emilio Ramírez
